domingo, 12 de diciembre de 2010

COMENTARIO DE ANA LAURA JIMÈNEZ AL CAPÌTULO VIII

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

MI APORTACIÒN AL CAPÌTULO 8


A Jesús, desde su aparición, se le ha interpretado de muchas maneras. Se le interpretó como Rabino, como un Profeta, como al Profeta que anuncia la llegada del Reino de Dios, como al Mesías, como Ángel de Dios, como Hijo de Dios en sentido hebreo (elegido de Dios, amado por Dios), como Hijo de Dios en sentido helenista, como Logos de Dios. Se ha pensado que recibía la misión y la filiación divina en el Jordán, o bien que la recibía en su muerte y resurrección. Se le ha interpretado como no preexistente, como vagamente preexistente como dínamis de Dios, como claramente preexistente.

Durante siglos se dieron estas diversas interpretaciones, sin que una de ellas se impusiera claramente a las otras. Con la destrucción de Jerusalén por el Imperio Romano, y con la conversión del “movimiento de Jesús” en religión oficial del Imperio, la interpretación helenista de Jesús, como Hijo real de Dios y como Logos de Dios, se impuso a las demás. Y se impuso por el apoyo del Imperio, porque era la interpretación más coherente con la ideología del Imperio. Desde esa posición oficial, se persiguieron las restantes interpretaciones hasta hacerlas desaparecer de entre los seguidores de Jesús. Jesús de Nazaret tenía que ser interpretado con una interpretación intocable, desde las creencias. No bastaba la fe, se requería de una fe-creencia. Es decir, se necesitaba un seguimiento de Jesús, una entrega a su invitación, -eso sería la fe-, que fuera además acompañada de una interpretación intocable, tanto de su persona como de su mensaje –eso sería la creencia-. La fe se hizo fe-creencia, fe-doctrina intocable. En el mundo bajo el Imperio de Roma, se adoptó la interpretación helenista de Jesús y se marginaron y persiguieron todas las restantes interpretaciones, especialmente la interpretación hebrea. Creo que hoy es necesario poder acceder a una fe en Jesús libre de creencias intocables. Eso significa acercarse a Jesús, con todo el corazón y con toda la mente, pero sin intentar interpretarlo, sin intentar describir su naturaleza.

Además de las razones culturales que nos disuaden de intentar encajonar a Jesús en una interpretación, aunque sea una interpretación sumamente ensalzadora de su figura, hay razones más profundas, espirituales esta vez, para no hacerlo. Jesús es un hombre que revela, manifiesta en su persona al Absoluto innombrable. Si Jesús revela ese Abismo Absoluto Innombrable, ese Abismo le invade con su vacío y con su condición inefable. Continúa siendo hombre, pero es un hombre invadido, empapado de Abismo. Su naturaleza humana no desaparece, pero queda envuelta por el Abismo Inconcebible.

Su naturaleza humana hace presente al Absoluto inconcebible, informulable; y al hacerlo, el Inconcebible le hace inconcebible a Él. La presencia de Jesús es la presencia del Absoluto mismo ininterpretable. Su humanidad es la presencia y la certeza de Eso inefable, absolutamente vacío de toda posible categorización o representación. Hablar de Jesús diciendo que tiene dos naturalezas, la naturaleza divina y la naturaleza humana, y una persona, la de la segunda persona de la Trinidad, es una manera de hablar que supone una noción de naturaleza humana y una noción de naturaleza divina. Esos son supuestos de una cultura que ya no es la nuestra. Para nuestro tipo de cultura, esa formulación nos resulta inadecuada. ¿Tiene algún sentido hablar de “naturaleza divina”? ¿Qué sentido puede tener hablar de la naturaleza del Inconcebible Absoluto? Todo hablar del Absoluto, o es puramente apofático, o es simbólico. Si es apofático sólo dice lo que no es. Si es simbólico es sólo un apuntamiento que se hunde en el abismo de lo inconcebible. Por otra parte, ¿qué sentido tiene hablar de la “naturaleza humana”? Hoy sabemos que lo característico de nuestra especie es la doble experiencia de lo real. Esa doble experiencia de lo real es el fundamento inconmovible del desfondamiento de nuestra manera de ser, que nos arrastra a una naturaleza no-naturaleza. En lo referente a nuestro acceso absoluto a lo real, que es nuestro acceso gratuito a lo real, no se puede hablar de naturaleza. Por ese lado de nuestro ser, quedamos desfondados; y por ese desfondamiento, el Innombrable nos invade, porque nuestro ser se hunde en su gran abismo. Aún comprendiendo y justificando la forma de hablar de la tradición, que enraíza en la cultura helenista, hoy no tiene mucho sentido hablar de las dos naturalezas de Cristo.

Además, aplicar la noción de persona a Dios es, también, una pura imagen, un símbolo. La noción de persona, entendida como el paquete de deseos y temores peculiares, exclusivos y primarios de cada ser humano, que funcionan como patrón de interpretación, valoración y acción de cada individuo, tampoco es aplicable a Dios, más que como símbolo que apunta hacia el abismo, más allá de toda posible conceptualización y representación. Por tanto, al decir que Jesús tiene dos naturalezas y una sola persona, la divina, con una formulación helenística, que pretende orientar nuestra aproximación a su ser, no hemos dicho nada conceptualmente coherente hoy. Entendida esa formulación como representación simbólica, tiene sentido, porque puede orientar nuestro trabajo interior; pero sabiendo que esa formulación no describe el ser de Jesús, sino que sólo nos hunde en el abismo inconcebible que se manifiesta en ese hombre y que, al hacerlo, lo envuelve en la espesa niebla del “sin forma, ni nombre”.

La revelación en Jesús nos lleva a comprender que Dios, el Padre (términos que son sólo símbolos), “el que es” (que es también una forma conceptual de apuntarle, pero no de describirle), no es “otro” de nada; y que la naturaleza humana no es “otra” del abismo de la divinidad. Por tanto, creo que la actitud correcta, en nuestras condiciones culturales, es acercarse a Jesús con fe, pero sin pretender interpretarle, silenciando todo conato de interpretación

miércoles, 24 de noviembre de 2010

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)
Capìtulo VII
Lo que supera las palabras.
La imagen de Dios en la Teonomia.

Alma Jimènez C.

Leo a mis compañeras y aprendo mucho de sus comentarios, en el libro el Padre Leaners nos dice que la palabra expresa lo que vivia en mi de manera informe y asì revela mi ser, que no me contiene completo pero si deja ver mi ser.
Asì como seres humanos entiendo que no podemos describir a Dios sino solo relacionarnos con El a medida que lo vamos conociendo y que no terminaremos hasta estar en su presencia.
Siento preocupacion al ver el giro que nuestra religiòn a tomado al presentarnos a Dios, porque estoy conciente que nuestra base es el concepto del Dios de los Judios, Dios del Antiguo Testamento, pero el ser Cristiano implica tener el concepto del Dios de Jesùs, Dios del Nuevo Testamento.
Todo parece indicar que a vuelto a ser un Dios distante y castigador, poderoso y advitrareo.
No es el Dios que nos amò tanto que puso su tienda entre nosotros, se hizo hombre, Emanuel,que viene a darnos una buena nueva, somos amados por Dios, esta cerca de nososotros, Dios de los pobres, que nos salva de los ritos que ponen en segundo termino al necesitado,que quiere que disfrutemos de una nueva relaciòn con Dios y con su palabra nos presenta al Dios Padre, que se preocupa por todo lo que nos pasa y que nos hace hermanos en Jesùs.
Nos da una palabra mas, el amor de Dios se encuentra en el hermano, disfruta del amor en comunidad, somos iguales como niños ante un padre amoroso que sabe que aùn no hemos aprendido y cometemos errores y que nos perdona.
Sin jerarquias, sin juicios, redime a los pecadores, cura a los enfermos,"El que este libre de culpa que tire la primer piedra".
El convive con las minorias y nos invita a aprender de ellos como,"El buen Samaritano","El buen ladròn", tu fe te ha salvado.
Nos acerca a Dios y a traves de El conocemos el Reino de Dios, Reino de los Cielos, en sus parabolas, es Dios hecho hombre, vive y sufre la muerte y resucita y se queda con nosotros para siempre en el hermano, "Donde dos o mas se reunan en mi nombre" en la comunidad recibimos su Espiritu y su amor esta presente especialmente en el necesitado,"Lo que hagas por tu hermano, lo haras por mi".
Jesùs nos presenta a un Dios accesible, cercano, que no podemos abarcar pero en las obras humanas lo conocemos mejor.
¿Porque entonces retroceder al Antiguo Testamento?
¿Quien puede limitar el acceso a Dios a traves de Jesùs?
Aun que las palabras no lo abarquen, son la forma como nos comunicamos asi como nuestro comportamiento que las acompaña.
Escucho con tristeza como autoridades eclesiasticas pueden hacer declaraciònes como "Los homosexuales se iran al infierno"cuando en el evangelio reciente escuchamos como trato Jesus a un ladròn convicto y a este le asegurò estarìa en el cielo.
Acabo de ver un letrero en los escalones del altar de un Templo, que decia "Favor de no subir".
En ese mismo Templo un domingo caluroso, fui testigo de actitudes distantes del sacerdote con los feligreces pobres cansados y acalorados en una misa de 2 horas, sin sillas suficientes.
¿Como puede esa persona representar a Jesùs? Que predicaba sentado en el monte que caminaba comia y descansaba con la gente que lo mismo atendia a un pobre que a un poderoso.
Las palabras para describir a Dios pueden estar llenas de amor, pero si quien las dice no las vive, es mas una ofensa que una esperanza.
Los ritos y las oraciones, pueden servir para acercarse a Dios pero como Jesùs le dice a los Sacerdotes, ¿Que es primero, cumplir la ley o ayudar a tu hermano?
Creo que los Templos han vuelto al Dios distante y estan necesitando que regrese el Dios de Jesùs.

jueves, 18 de noviembre de 2010

PARTICIPACIÒN DE ELISA ZEAVERT EN RELACIÓN AL CAPÍTULO VII

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

Estimadas amigas:

Siento mucho haberme retrasado en los comentarios de este capítulo en especial, la verdad, me ha sido difícil, y hasta que comprendí que no es posible, encuadrar a Dios en una imagen y menos en un concepto, recuerdo que una vez leí una idea sobre Dios, en donde lo compara con un pequeño pececito rodeado por el inmenso mar, y no tiene conciencia de esta inmensidad, pienso que DIOS es mucho más que esta forma tratar de darme una idea,... y también porque comprendí que no quiero dejar que mi mente lo encuadre dentro de una imagen tan reducida, no me atrevo....,Y aunque sus destellos se dejan ver en un bello amanecer, en las flores, los pájaros, todo lo Creado, no me puedo referir a El en forma personal. y por ello,prefiero, encontrarme con Jesús, el Rostro Humano de Dios, en El, puedo encontrar al Dios que me ama, me escucha, conoce mis debilidades y fortalezas, y es a través de El, que derramo mi confianza, y mi entrega.

Dios nos conoce tan bien, cuando decidió mandarnos a Jesús, este hombre tan plenamente humano, pero tan perfectamente interiorizado con su Creador, cada célula de El respondía a la Voluntad y al Deseo de su Dios.Por lo mismo, su mensaje es divino, sus Palabras, son creadoras de vida, y de amor.

Recuerdo en una ocasión nuestro maestro, el Padre Jimenez, nos enseñaba tantos conocimientos teológicos, comprendí y sentí el gran amor que tenía hacia Jesús, y probablemente son los momentos que más recuerdo que me regaló, y probablemente , podría decir, la perla valiosa.... pero quiero seguir buscando con ustedes, esa FE adulta y madura,,,gracias por su participación y sus artículos,,,creo que tenemos mucho por hacer, sobretodo porque la FE no se transmite por promoción sino por atracción, el ejemplo. son èpocas dificiles, sólo la Fe puede darnos respuestas...las admiro y las quiero.

Elisa

APORTACIÓN DE MA. DE LOURDES JIMÉNEZ AL CAPÍTULO 7

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

COMENTARIOS AL CAPITULO 7, "LO QUE SUPERAN LAS PALABRAS" DEL LIBRO "OTRO CRISTIANISMO ES POSIBLE" DEL P. ROGER LEANERS
En mi opinión este capitulo viene a cerrar muy atinadamente un ciclo que inicio con los capítulos 1 a 6 del libro, en el que el P. Leaners explica por que una visión teológica heteronoma o impuesta "desde arriba"en la Iglesia Católica, esta amenazando con a acabar con la Institución precisamente por resistirse esta a través de sus órganos jerárquicos a permitir que sople una visión teonomica, es decir "desde abajo" o desde el mundo espiritual y material de los fieles, el verdadero sensus fidelis, que pueda expresar las necesidades mas basicas que en materia de su fe e identificación con Jesus de Nazaret, demandan los cristianos del Siglo XXI .

En este capitulo 7 se expresa con toda claridad como el problema del lenguaje y de las imagenes que tenemos y usamos sobre Dios, y sobre nuestras creencias en relación a ese Dios, requiere de una actualización, redefinición o redimension que facilite el entendimiento y comprensi'on de nuestra fe, nuestra vida como cristianos, y no tanto se ocupe de mantener las reglas de interpretación formal que han estructurado y organizado al Edificio jerárquico que es la Iglesia hoy en día.

Si bien Leaners destaca el problema que para los cristianos representa comprender al Dios Cristiano conforme a nuestros conceptos y lenguaje, pues estos conceptos y lenguaje responde a una dimensión puramente humana que no puede ni remotamente comprender o penetrar el misterio de lo divino, de lo neumenico, lo cierto es que ese lenguaje, esos conceptos, esa mente, esa imaginación es con lo que contamos como seres humanos para expresar su espirito y su alma, sus sentimientos, ideas y niveles de comprensión, en síntesis, sus anhelos y experiencias de lo divino, de la que de antemano sabemos que no podemos saber nada, y mucho menos comprenderla, pero que si experimentamos y atisbamos en nuestra vida y que testimoniamos como una fuerza de amor supremo y desmedido, que nos envuelve, nos rebasa, nos arropa y nos acompaña a lo largo de nuestra vida, y que solo queremos poder mejor vivirlo, descubrirlo, compartirlo y profundizarlo con los otros. El riesgo de descansar en las palabras, lenguaje e imagenes producto de nuestro limitado mundo humano, es querer dotarlas de autoridad y verdad inamovible e imponerlas como descriptivas de esa esencia divina, cuando en realidad, como lo dice Leaners, no debemos de perder de vista que ese lenguaje, esas palabras y esas imagenes, no son mas que muletas o instrumentos que nos permiten expresar nuestra vivencia y necesidad de Dios, cambiable, contingente y personal. Es un lenguaje que sabemos que es figurativo, por lo tanto, imperfecto, limitado, incompleto e impreciso, y como tal debemos estar conscientes que no es descriptivo del ser de Dios, sino solo de nuestra vivencia o experiencia de Dios, por lo que no podemos divinizarlo y pretender que ahí se encuentra la única y verdadera palabra de Dios. Son nuestras palabras y no las de Dios.

Así pues, si bien las palabras , como dice Leaners no son m'as que dedos que apuntan hacia algo totalmente distinto, los cristianos sabemos que en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo tenemos el camino que nos conduce al verdadero destino.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

APORTACIÓN DE ANA LAURA JIMÉNEZ AL CAPÍTULO VII

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

MI APORTACIÒN AL CAPÌTULO SIETE


Para mì sì ha sido una gran ayuda para el reto de pretender decir qué es Dios tomando en cuenta la exigencias de la Modernidad, el marco axiomático o “heteronomía-autonomía-teonomía”. Sin embargo, y teniendo en cuenta que algo característico del ser humano es el buscar la verdad, entender lo que afirmamos y así creer con fundamento, teniendo en cuenta que la teología puede decirse que es “la fe que quiere ser entendida” y que no creo que haya nada que ayude más a la fe que la razón, ya que ésta es un filtro que nos permite para empezar, ir descubriendo “lo que no es fe” ya que la fe no puede ir contra la razón, en el caso de nuestro hablar sobre Dios considero que el camino no es pretender afirmar algo sobre lo que El es, a partir de un esquema sea heterónomo, autónomo o teonómo, sino ubicar en qué lugar de mi vida este hablar sobre El puede tener un sentido fecundo a fin de que mi vida sea más plena y libre.

Para mí hablar sobre Dios no es hablar sobre una “esencia”, un “ente”, “una sustancia” o una cosa”, es básicamente hablar sobre la Realidad, hablar sobre la cuestión que para mí es central de mi existencia, y no se trata de hablar de si Dios tiene tales o cuales atributos, se trata de preguntarme sobre el sentido de la vida, el destino del mundo, se trata de preguntarse por aquello que para cada cual es la pregunta última o por qué no hay tal pregunta.

Para hablar de Dios tengo que tomar en cuenta varios factores: necesito primero hacer silencio. El primer paso para hablar de El es la pureza de corazón que sabe escuchar la voz de la trascendencia divina en la inmanencia humana. Para esto requiero del silencio del intelecto y de la voluntad, así como del silencio de los sentidos. Permitiéndome así el acceso a una dimensión de la realidad que trasciende, sin negar, lo que captan mi inteligencia y mis sentidos.

También creo que es importante considerar que el hablar sobre Dios es radicamente distinto de cualquier otro hablar sobre cualquier otra cosa, porque Dios no es una cosa. La palabra “Dios” apunta a un campo semántico de búsqueda y enseñanza radicalmente distinto a cualquier otro. No hay parámetros adecuados que nos permitan hablar del “funcionamiento” de esta realidad a la que llamamos “Dios”.El discurso sobre Dios es único y, por tanto, incomparable con todos los demás lenguajes humanos. Es irreductible a cualquier otro discurso.

El hablar sobre Dios es un hablar que involucra todo nuestro ser y no sólo el sentimiento, la razón, el cuerpo, la ciencia, la sociología, ni siquiera la filosofía o la teología académicas. Dios no es localizable con ningún instrumento.

No necesitamos mediaciones para abrirnos al misterio de Dios. Ciertamente, para hablar, sentir, ser conscientes de Dios, necesitamos la mediación del lenguaje, del sentimiento, de la conciencia. Pero esto no significa que necesitemos un lenguaje particular, un determinado sentimiento, un contenido de conciencia especial. La única mediación posible es nuestro propio ser, nuestra existencia desnuda, nuestra propia entidad entre Dios y la nada. La experiencia humana de todos los tiempos ha intentado siempre expresar un “misterio” que está tanto al principio como al final de todo cuanto somos, sin excluir nada. Dios, si “es” no puede estar ni a la derecha ni a la izquierda, ni arriba ni abajo, en cualquiera de los sentidos que podamos dar a estas palabras.

El hablar sobre Dios no es un hablar sobre ninguna iglesia, religión o creencia.

Dios no es el monopolio de ninguna tradición humana; ni de las que se llaman “teístas”, ni de las mal llamadas creyentes, puesto que todos creen en una u otra cosa. Tampoco es “objeto” de pensamiento alguno. Sería un discurso sectario el que quisiera aprisionarlo en cualquier ideología. “Dios no puede ser pensado ni imaginado, sólo puede ser experimentado…” (Theilard de Chardin).

Tampoco podemos identificar nuestro hablar de Dios con creencia paticular alguna, sien embargo, no es posible para los humanos hablar de El sin la mediación del lenguaje y no podemos utilizar éste sin expresar alguna creencia. Hay una “relación trascendental” entre el Dios del que se habla y lo que de él se dice. Las tradiciones occidentales lo han llamado mysterion, que no quiere decir ni enigma ni incógnita. Los nombres de Dios no son independientes de Dios y cada denominación del misterio representa un aspecto de este misterio, del que no puede decirse que sea ni uno ni múltiple.

Cada religión es un sistema diferenciado de mediaciones. Todo lenguaje es particular y está vinculado a una cultura. Cada lenguaje depende de un contexto concreto que le da sentido, a la vez que lo limita. Es necesario darse cuenta de la inadecuación constitutiva de cualquier expresión. No es ningún escándalo que cada religión defienda sus formulaciones, con tal de que respete a las demás y se dé cuenta de que cada mediación es una mediatización.

Finalmente considero que el hablar sobre Dios es hablar sobre un símbolo y no sobre un concepto. Dios no puede ser objeto ni de conocimiento ni de creencia alguna. El hablar sobre Dios no puede ser ni siquiera un hablar analógico. El discurso sobre Dios tiene constitutivamente muchos sentidos y no puede existir un sentido prioritario, puesto que no puede haber una metacultura desde la que se haga el discurso. Hay muchos conceptos de Dios, pero ninguno de ellos lo “concibe”.Pretender limitar, definir, concebir a Dios es una empresa contradictoria, porque aquello que surgiría de ello sería una creación de la mente, una criatura. Es una deformación del pensamiento el pretender encontrar algo más amplio, más englobante, que Dios. Sin embargo, “Dios” no es el único símbolo de lo divino. El pluralismo es inherente a la condición humana e impide que se pueda expresar aquello que la palabra Dios quiere decir desde una sola perspectiva, ni tampoco desde un único principio de inteligibilidad. La misma palabra “Dios” no es necesaria. Cualquier pretensión de reducir el símbolo “Dios” a lo que nosotros entendemos por tal no sólo destruiría, sino que también cortaría los lazos con todos aquellos hombres y culturas que no sienten la necesidad de este símbolo.

La misma pretensión de presentar un esquema de inteligibilidad unificado a escala universal es un resto de colonialismo cultural. Universalizar nuestra propia perspectiva representa una intención no justificada. La misma posibilidad de una “perspectiva global” es ciertamente una contradicción. Tal vez sería más coherente con lo que intuimos que sea esa realidad a quien llamamos “Dios” el renunciar a elaborar una teoría universal sobre El y redescubrir lo divino como una dimensión y el pluralismo (no la pluralidad) como un rasgo de la misma realidad. Un Dios puramente trascendente, aparte de la contradicción interna de cualquier discurso sobre él se convertiría en hipótesis superflua, y oscurecería la inmanencia divina destruyendo la trascendencia humana. El misterio divino es inefable y ningún decir lo describe.

Pertenece a la experiencia humana el saberse limitada, no sólo linealmente –por el futuro—sino también constitutivamente –por su propio fundamento, que le viene dado--. Sin amor y sin conocimiento, sin corporalidad y temporalidad, no es posible esta experiencia. “Dios” es la palabra, biensonante para algunos y malsonante para otros, que rompiendo el silencio del ser nos da la oportunidad de recobrarlo nuevamente. El silencio es la matriz de toda palabra auténtica.

martes, 2 de noviembre de 2010

APORTACIÒN AL CAPÌTULO VI DE ANA LAURA JIMÈNEZ CODINACH

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

MI APORTACIÓN AL CAPÍTULO 6


Independientemente del origen heterónomo que fundamenta la jerarquía o estructura de poder sagrado, un poder “absoluto” y directo sobre cada cristiano por provenir de “Cristo mismo”, independientemente de que la doctrina católica oficial sobre la Jerarquía sea un elemento ajeno al Evangelio, y sobre todo el que la realidad jerárquica haya encarnado las pulsiones más bajas de la naturaleza humana, quisiera analizar un poco los efectos que esta organización jerárquica ha tenido para la salud integral de sus integrantes y especialmente para su desarrollo emocional, intelectual, social y aún espiritual y religioso, no sin antes decir que eso de que todo esto se funda en un “mandato que viene de un Dios-en-las alturas” me parece aberrante.



Para los que nos dedicamos a trabajar en facilitar el establecimiento de ambientes donde la persona pueda crecer y ser ella misma, donde se pueda dar una sana relación humana, factor indispensable para conservar la salud mental, para los que trabajamos en ambientes educativos que estimulen el conocimiento, la sana autodeterminación, la autoestima, la comunicación efectiva, el diálogo, y tantos otros factores indispensables para la superación humana, para los que trabajamos en procesos de liberación individual y social, de desarrollo espiritual, de búsqueda de una fé más adulta, es muy desmotivante descubrir que nuestra Iglesia, con su organización jerárquica, es hoy una institución inepta para favorecer el desarrollo integral de sus integrantes, y muy especialmente de los que integran los cuadros jerárquicos.



Para enumerar algunos de estos factores, sin por supuesto pretender agotarlos, quisiera mencionar que lejos de ser el ideal planteado por Concilio Vaticano II, es decir, lejos de ser una Iglesia Comunión, vemos que es una organización que organiza las relaciones grupales al servicio de la sumisión, es decir, que está diseñada para señorear a los hombres, reduciendo a los individuos a instrumentos, que pone todo el énfasis en la persona del jefe, ya que es la única persona plenamente tal porque es la única no instrumentalizada que puede mostrarse autónoma, con iniciativa, creatividad, responsabilidad y libertad, y que al reducir lo más posible todas las relaciones a sumisión, ignora profundamente, de hecho, lo que son las relaciones interpersonales plenas, ignora y tiene que ignorar la complejidad y riqueza de lo que son las relaciones de individuos libres y autónomos con valores personales libremente construidos y queridos, ignora lo que es la complejidad y riqueza de la comunicación entre personas, cuando no se instrumentalizan unas a otras, ignora las potencialidades de lo que podría ser el trabajo en equipo, una conjunción de iniciativas, responsabilidades y creatividad múltiple, en la que nadie anula a nadie y donde todos potencian a todos.



Una organización así jerarquizada es un enorme despilfarro de lo que son las posibilidades de una asociación libre de personas no instrumentalizadas. Es una organización casi inhumana porque impone, en una medida u otra, el menosprecio de la calidad de las personas y a través de la indoctrinación, lleva a la persona a que se sometan a una interpretación, hecha y dada, que no debe alterar, debe creer esa interpretación y por la creencia se somete. Aquí reside la raíz de toda la estructura de la dominación. Quien se somete a una interpretación, adopta y se somete con ello al sistema de vida, a los fines y valores que esa interpretación implica. Quien somete su mente y su valoración, somete también sus sentidos y su acción. La indoctrinación somete de tal forma a las personas que las estructura, entonces el individuo entiende lo que tiene que entender según lo que la creencia le impone, ve y siente lo que la autoridad quiere que vea y sienta, ama lo que debe amar y actúa según el criterio del poder, perdiendo así su libertad y su autenticidad y degradándose por tanto como persona.



Pero lo más incongruente con la finalidad de una estructura religiosa, es que la sociedad jerárquica impone al proceso religioso una serie de obstáculos. La relación jerárquica instrumentaliza a los individuos e impide realizar el proceso interior. Las sociedades autoritarias son sociedades no de gentes en proceso de desarrollo sino de creyentes, y esa sociedad se transforma en una sociedad para afianzar, sostener y propagar creencias y vivir según ellas, pero con esa transformación estas sociedades se alejan de lo que era la pretensión de los auténticos maestros religiosos dejando de ser lo que debieran ser. No se puede someter el proceso interior de las personas y pretender luego que ese proceso sea auténtico.



Para una sociedad jerarquiza y por tanto autoritaria, la sumisión es el criterio por el que se discierne lo que es correcto y valioso. La sociedad religiosa, por el contrario, debe mantener a sus miembros en la más completa voluntariedad y libertad. El camino religioso es un proceso interior de crecimiento tal que no puede ser más que total y plenamente voluntario y lleno de iniciativa y creatividad. Es un camino tan plenamente personal, libre e interior, que no cabe en él sumisión alguna.



Una organización religiosa tendrá que estar diseñada para servir al DESARROLLO PLENO DE LAS PERSONAS CON TODAS SUS CARACTERÍSTICAS PROPIAS, EXCLUIVAS E INDELEGABLES. Es cierto que las sociedades religiosas han funcionado durante miles de años con estructuras jerárquicas, y es que eran tiempos de sociedades agrario-autoritarias por lo que las cosas no podían concebirse de otra manera. Y como la organización no podía funcionar más que en forma autoritaria, se tuvo la tendencia a olvidar que el crecimiento religioso es un PROCESO y, con ello, se hizo de la religión no un proceso sino un sistema de sumisión a creencias, comportamientos, rituales y jerarquías. Así se hizo de la religión el más útil y eficaz procedimiento de legitimación del poder.

martes, 26 de octubre de 2010

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)
Capitulo 6
Perro guardian en la santa casa de la tradición.
La Jerarquía.
Alma Jiménez
Mi opinión sobre la jerarquía de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana:
Estoy de acuerdo en que todo grupo de personas necesita de una jerarquía, llamese gobierno, autoridad, superiores, jefes, lideres, padres, etc.
Porque un lider supone alguien que conoce mejor el camino y que nos conduce a la meta.
Y el que vaya adelante no presupone que sea infalible, sino que cree conocer la mejor forma de lograrlo, con mayor experiencia, conocimiento o inspiración.
Pero todo ser humano puede cambiar de opinión, reconocer sus errores, aprender o ser mejor, incluso Jesús en su vida pública cambio su opinión con respecto a los samaritanos, las mujeres, los pecadores, manteniendo una mente abierta al cambio.
Una vida no puede jusgarse sino hasta que la persona muere, pues durante su vida puede cambiar, su manera de pensar actuar y sentir.
Quien me conoció de niña no puede pretender conocerme si no me trata ahora a mis 50 años,porque yo voy aprendiendo, cambiando mi modo de pensar y teniendo diferentes vivencias, no es logico que yo mantenga toda mi vida sin ningun cambio de opinion o sin verme afectada por mi entorno, si fuera así sería falso, inmaduro, inconciente, por eso no puedo entender una Iglesia con una forma de pensar de hace siglos.
Como puedo acercarme a hablar en la misma forma en el siglo I, XIII o XXI cuando no vivimos con las mismas ideas, experiencias o problemas, los cambios de acceso a cultura , inventos , tecnología, nos hacer tener otro enfoque de vida.
Si la jerarquía de la Iglesia sigue justificando su derecho de poner normas solo en una autoridad arbitrarea que respalda con designos de Dios y no con ejemplo de vida, solo pierde credivilidad y adeptos.
En mi caso he dejado de precuparme por seguir muchas de las reglas impuesta por conciderar que no van de acuerdo con mi forma de ver la vida, y no pierdo el sueño con amenazas o cargos de conciencia, porque concidero que si tengo conciencia mi responsabilidad es prepararme y ser responsable de mis actos, no seguir como borrego sin pensar en lo que hago.
Algunos ritos los veo como una ceremonia culturalmente agradable que me remonta a otra eepoca, pero que no es escencial para mostrarme un camino a ser mejor persona o a acermarme más a Dios y en ocaciones hay inclusive opiniones y actos que siento muy distantes a seguir el camino de vida de Jesús.
Creo para mi importante rescatar de la Iglesia todo aquello que me haga ser mejor cada día y acercarme más a Dios y a mis semejantes y busco en la jerrquía un ejemplo a seguir con el maximo ejemplo de vida que es Jesús.
También encuentro ejemplo en las Sagradas escrituras y la tradición, pero necesito un testimonio de vida que para mi sea coerente y lo que no siento autentico o siento manipulador lo rechaso, sin preocuparme de las amenazas en el más alla.
No espero autoridades perfectas, pero si autoridades que se preocupen por guiar a sus feligreses, que esten dispuestos a caminar por delante en la busqueda y con apertura a otras opiniones.
Creo en la inspiración del Espíritu Santo, aunque se que puede inspirarnos a todos, creo que quien continuamente esta cerca de Dios y en oración busca respuestas, encucha más que quien no se esfuerza, también creo que si varios se reunen en oración Dios esta presente y por esto respeto la forma como se elige el Papa, se también que no podemos pretender que los millones de catolicos participemos en una elección del Papa, pero eso no lo hace menos humano, ni infalible o inmune al sentimiento de superioridad o afectado por la adulación y creo que a medida que los sacerdotes escalan en la jerarquía se alejan más de la gente común y sus necesidades y sentimientos, por eso creo que los laicos debemos poder escoger nuestros parrocos, obispos y cardenales.
Todos aquellos que esten cerca de nosotros para que ellos nos conoscan a nosotros y nosotros los sintamos cercanos de ese modo al ir subiendo en la jerarquía sera por el apoyo de sus feligreses.
El respeto que me merecen los sacerdotes se ve afectado cuando quieren imponer criterios sin tenenr conocimiento o preparación en el tema solo por sentirse con un poder otogado por Dios al ser ordenados y no respetar que puede haber laicos con más capacidad de ayudar, como cuando pretenden opinar en politica, relaciones de pareja o familiares sin una verdadera preparación.
La fe en Dios, en el ser humano que fué hecho por Dios a su imagen y semejansa, creer en que todos podemos hacer el bien y que Dios esta siempre con nosotos, la esperanza de un mundo mejor, son el fruto de grandes regalos de la Iglesia Catolica que a traves de los siglos nos ha dado con sus estructuras, pero eso no implica que no puede ser más cercana, más compartida y que puede ayudarme a ser mejor persona y a mantener una fuerza de comunidad unidos en Cristo, no para el cielo sino desde aqui en la tierra.

viernes, 22 de octubre de 2010

COMENTARIO DE ANA LAURA JIMÈNEZ A LA APORTACIÒN DE MA. DE LOURDES JIMÈNEZ SOBRE EL CAPÌTULO VI

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

Después de leer detenidamente la aportación de Luli en relación a este difícil capítulo VI, no puedo menos que recomendarle a todos nuestros integrantes que la lean y sobre todo que capten el espíritu de crítica constructiva, positiva, que habla de un gran amor a la Iglesia y que me hace recordar las palabras de un queridísimo maestro de teología: "DESDE DENTRO Y CON AMOR Y NO DESDE FUERA Y CON ODIO". Esto, sin embargo, no puede ocultar la inconformidad que sentimos especialmente los laicos por la cerrazón que captamos en las autoridades eclesiásticas, cerrazón que nos impide participar, opinar, sugerir, en fin, ni siquiera hablar de nuestras necesidades para que éstas se tomen en cuenta a la hora de tomar decisiones que afectan directamente lo más profundo de nuestro ser, nuestra relación con nuestro principio y fundamento: DIOS. Por tal motivo me permito reproducir los últimos renglones de la participación de Luli, creo que nos puede motivar a todos a seguir en nuestra búsqueda, pero no solamente, a buscar caminos para ser escuchados por nuestra jerarquía, creo yo que antes de que sea demasiado tarde, tomando en cuenta especialmente a las nuevas generaciones que ya no aceptan que se les diga qué hacer sin tomarlos en cuenta. Reproduzco pues el último párrafo de la aportación de Luli que me ha motivado mucho y espero que a ustedes también:
"Creo que grupos como los que se congregan en este sitio, organizados y coordinados por el Instituto Juan XXIII podemos hacer publico y exigir de nuestras autoridades eclesiásticas que tomen en cuenta y hagan participe a sus más altas autoridades en Roma, este urgente reclamo desde las bases para renovar en conjunto (es decir contando con la voz y el voto de los laicos comprometidos), las bases que nos integran y congregan como católicos, revisando desde el dogma, hasta las reglas e instituciones sobre las cuales se funda hoy en dia la doctrina y el magisterio cristiano.

Es indispensable como lo expresara ya otros destacados católicos críticos de la cerrazón jerárquica que vivimos desde la silla de San Pedro en Roma, que se convoque un Concilio lo más pronto posible en el que participen con voz y voto, no solo los Obispos y cardenales de la Iglesia, los representantes de la Curia y del Magisterio Eclesiástico, sino tambien y con representatividad de todas las Iglesias locales en los diversos confines del mundo, católicos laicos que quieren seguir en su Iglesia y comunidad por que la consideran camino efectivo de hacer realidad el Reino de los Cielos que Jesucristo vino a instalar, y en el que tambien participen con su vision y opinion representantes de otras Iglesias y religiones del mundo que puedan aportar su vision de otros caminos validos para llegar y hacer realidad ese Reino de Dios en la tierra y en el Cielo.

Si el cambio no viene de arriba, que se sepa que el cambio ya empezó a soplar y se está forjando desde abajo, desde la comunidad de fieles que no podemos permitir que nuestra Iglesia se desmorone y que utilizaremos todos los caminos disponibles, siempre con el ejemplo de Jesus en mente y actos, para hacer de esta crisis eclesial, una oportunidad de avance y crecimiento de una Iglesia Católica renovada y pujante en amor al prójimo, a la tierra y a la creación, inclusiva, integradora al rededor de la figura histórica de Jesucristo".

jueves, 21 de octubre de 2010

APORTACIÓN DE MA. DE LOURDES JIMÉNEZ AL CAPÍTULO 6

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

MA. DE LOURDES JIMÈNEZ C. DE PADIERNA




Comentarios al Capitulo 06.

Perro guardián en la santa casa de la tradición. La Jerarquía



De todos los capítulos que hasta ahora hemos leido y comentado del P. Lenaers, creo que este ha sido para mi el más complejo y a la vez el mas profundo y controversial, el más difícil de comprender como manterme en la reflexion constructiva del mismo, y no en la critica negativa o apologetica de una jerarquia eclesiástica y tradición, que poco hace por renovar nuestra Iglesia a la que pertenecemos por convicción de que en ella encontramos como seguir el camino de salvación que nos lego Jesus de Nazareth.



Lenears en este apartado cuestiona en mi opinion con profundidad y seriedad, si el sistema jerárquico y de autoridad que hasta la fecha ha venido guardando la Iglesia Católica y Romana puede y debe seguir funcionando para los tiempos actuales como hasta ahora lo hace y se conduce; si la autoridad de la Jerarquia desde el Papa, a los obispos y los demás miembros de la clase sacerdotal y eclesiástica deben seguir dictando en exclusiva, la interpretación del Evangelio y de la Sagrada Escritura, si la doctrina, el magisterio y el dogma cristiano no deben abrirse a una revision urgente, que elimine o deje de un lado principios y criterios que pudieron haber tenido su explicación y justiciaron en otras épocas de la historia del Cristianismo, pero que ahora, están siendo obstáculo de comunicación, entendimiento y comprensión para el cristiano de hoy que busca en la Iglesia mantenerse en el camino de vida que nos marco Jesus de Nazareth.



Pienso que a diferencia de lo que parece indicar el Cuestionario que nos sirve de guia para reflexionar en este capitulo 6 del Libro del P. Leaners, Lenears no está atacando la existencia o subsistencia de la Iglesia como autoridad, ni la necesidad de que haya normas y autoridad, inclusive del dogma, la doctrina y el magisterio, sino lo que está cuestionando es si dichas estructuras como hasta ahora han funcionado y quieren seguir funcionando, van a poder responder a las necesidades que como Iglesia de Cristo exige el pueblo de Dios y la comunidad de fieles, tanto eclesiástica como de laicos, pues es un hecho que hoy como en otros momentos de crisis de la Iglesia, existe un movimiento de inconformidad que viene no solo desde las bases y los grupos de laicos de todos los confines de la tierra, sino tambien de las bases de religiosos y eclesiásticos que piensan que sus autoridades eclesiásticas y jerárquicamente superiores, ya no logran congregar o unificar al pueblo de Dios con su doctrina, magisterio y dogma, poco flexible ante los retos que presenta la vida del cristiano de hoy; que cada vez el mensaje cristiano de los orígenes se aparta mas de la realidad que vive el pueblo de Dios en estos tiempos, que no hay la disposición o capacidad plena y abierta de las estructuras jerárquicas y de las autoridades de la Iglesia Católica, para abrirse a revisar y, si es necesario, redefinir o ajustar las normas, doctrinas y criterios que hoy en dia siguen rigiendo las vidas de los católicos, y que por eso cada vez emigran mas personas de la Iglesia, la abandonan u olvidan sin que se vea un camino claro y de renovación interna que promueva una apertura hacia la auto-revision y ajuste de nuestra institución como Iglesia, y de sus normas, reglas, criterios de autoridad, doctrina, magisterio y enseñanza que nos congrega como católicos del Siglo XXI.



No se explica Lenears como es que existe ceguera de la jerarquia eclesiástica al no abrir sus arcas del conocimiento y experiencia de la institución para revisar lo que debe ser revisable, modificar lo que debe ser modificado y suprimir o eliminar y descartar todo aquello que ya es obsoleto, o no funciona y obstaculiza el seguir siendo cristiano en nuestra epoca. De ahi su lenguaje tan vehemente y apasionado en el trato de los temas de autoridad, jerarquia, doctrina, magisterio y dogma.



La forma en que Lenears hace evidente la urgencia de esta revision y cambio es por medio de una nueva apertura e inclusión por parte de las autoridades de Roma, del Papa y de los obispos para dar mayor participación e injerencia en la definición de reglas que norman a nuestra Iglesia, y que se deben gestar desde las comunidades locales, representadas por sus mediadores y gestores mas representativos y aprobados por esa comunidad y no por personas impuestas desde afuera, y en general un mayor dialogo e inter-accion de toda la comunidad de fieles, tanto eclesiásticos como de laicos comprometidos para ser oídos y colaborar en la definición de rumbos y cambios que deba tomar nuestra Iglesia para unir fuerzas y luchar por que de esta revisión renazca y resurja una nueva Iglesia mas fortalecida y preparada para los retos de la vida del Siglo XXI..





De esta forma no es una critica la que hace Lenears para acabar con la Iglesia, desconocer al Papa o a sus obispos como autoridad, y buscar nuevos interlocutores que congreguen al pueblo de Dios. Sino que lo que propone es analizar y revisar el establecimiento mismo de la Institución como Iglesia de Dios, al preguntarse sobre la fundamentacion y autoridad con la que la Jeraquia Eclesiástica, empezando por el Papa, sus Obispos y demas clérigos, siguen queriendo ser los unicos que pueden interpretar o expedir los criterios de doctrina y de la enseñanza cristiana, imponiendolos como dogma inamovible e irrenunciable. Ya no se puede seguir manteniendo instituciones rigidas e inamovibles, sino que es indispensable escudriñar y revisar, airear y remover todas las piedras y ladrillos que sostienen el edificio de la Iglesia, no para desmantelarla, sino para fortalecerla y engrandecerla desde los simientos y entrañas, dejando atras todo aquello que ya no congrega y abraza al pueblo de Dios, se trata de volver a una doctrina y enseñanaza que nos muestre y conecte mejor con la experiencia fundante de la vida, muerte y resurreccion de Jesucristo.



Expresiones como las que a continuación incluyo, me marcan la pauta para darle esta interpretación critico propositiva y no critico destructiva de Lenears en este capitulo 6:



- Hablando de la Jerarquía Eclesiástica dice "Por lo general esa autoridad dicta decretos y actua con las mejores intensiones, porque solo busca el bien del pueblo cristiano pero esto no implica que sus ordenanzas vayan a servir siempre efectivamente a ese bien, pues también pueden dañarlo" (p.65)



- En relación con la expresión del Espíritu en la enseñanza de la Iglesia, dice "Felizmente el Espíritu no cesa de hablar y de revelarse a si mismo y así se aclara poco a poco el resultado. En el curso de la historia de la salvación vamos ganando en veracidad. Pero este proceso no termina nunca y el resultado está siempre abierto para recibir aportes que lo mejoren. Dentro de la Iglesia nadie tiene la propiedad exclusiva de la verdad" (p.73)



- En relación con el dogma de fe dice "Los dogmas son cosas útiles. Son como las piedras que marcan el largo camino de la tradición y muestran el trecho ya andado". (p.74)



-Y más adelante añade "Las señales del camino no cayeron prefabricadas desde el cielo, fueron manos humanas las que las colocaron. Son obra humana. En la historia de la Iglesia la mayor parte de las veces fueron el resultado de un trabajo intenso de búsqueda, reflexión y discusión por parte de obispos, quienes decidieron definitivamente y sin consultar al pueblo de la Iglesia lo que (a sus ojos) los creyentes debían afirmar o negar para estar en la fe verdadera." (p75)



- Por ultimo tratándose del dogma de "Fuera de la Iglesia no hay salvación" dice "Esta declaración habla más bien del espíritu de un tiempo intolerante que podía imaginar a un Dios igualmente intolerante. Pues medio milenio más tarde cuando la modernidad modificó las ideas de tolerancia e intolerancia, la gran mayoría de los obispos del Concilio Vaticano II declaró justamente lo contrario, y esto, con la misma solemnidad y, por consiguiente tan inspirados por el Espíritu Santo como los anteriores" (p. 76)



Con lo anterior pretendo señalar como es que, si bien este capitulo 6 del Libro de Lenears, discute a profundidad y cuestiona la legitimidad que tiene hoy en dia la Autoridad Eclesiástica, en todos sus niveles jerárquicos, para dictar e imponer su doctrina y magisterio, a un pueblo de fieles que ya no está dispuesto a aceptarlo sin confrontarlo con su realidad, sin tener un decir en su formulación e imposición, y que exigen que toda la normatividad y reglas que antes permitieron tener a la Iglesia unida y extender su ejemplo por toda la tierra, hoy deba re-visitarse y ajustarse para ser un camino de autentica vida cristiana y evangelica, y que si ello implica tocar el dogma, o inclusive, cambiarlo y modificarlo por otra norma que si refleje ese espíritu autentico cristiano que es el que Jesus de Nazareth nos vino a legar con su vida, muerte y resurrección, pues entonces habrá que tocarlo y cambiarlo, para crear uno nuevo, que pueda después revisarse a la luz de los nuevos tiempos. Entonces a mi gusto lo que Lenears hace patente es que hay que abrir las ventanas de nuestra Iglesia y de toda su estructura interna y jerárquica, para recibir y captar lo que los nuevos tiempos nos demandan, hay que renovar nuestra Iglesia como institución humana, repensar y redefinir la doctrina y el magisterio, flexibilizar la organización y admitir la participación de los fieles laicos y nutrirse del contacto con otras religiones y creencias, para vivificar a la Iglesia, privilegiando siempre la experiencia fundante de Jesus.



Octubre 21, 2010

lunes, 18 de octubre de 2010

APORTACIÓN DE ELISA ZEEAVERT AL CAPÍTULO VI

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

COMENTARIOS AL CAPITULO VI LA JERARQUIA


Este capítulo, me remonta a la persona de Jesús y su mensaje., en donde se define el inicio de una nueva Era. El establecimiento de una nueva forma de vivir, conforme a los valores de justicia, verdad, de libertad, de hermandad.

Cada comunidad de los seguidores de Cristo, representaban células vivas que empezaron a darle vida a toda la estructura, que más tarde conformaría La Iglesia,

Fue indispensable crear una estructura organizativa, que le empezara a dar forma ordenada a la Iglesia. Inclusive, Jesús previó esta fase al darle a Pedro, la tarea de ser cabeza de la Iglesia en la tierra.

La historia, nos lleva a analizar el proceso de crecimiento y también de retroceso a la que hemos estado sujetos.

Hoy , el panorama se ve distinto, la Jerarquía pretende imponer mandatos, sin tomar en cuenta las miles de comunidades de Iglesia, que debido a las circunstancias, necesidades que viven, no encuentran que estas ordenanzas, congruencia con la realidad.

En cada uno de estos grupos, el Espirítu de Dios los anima a seguir adelante a pesar de su distanciamiento con la Jerarquía, en otros casos, se ha buscado caminos distintos que los lleven a vivir plenamente su espiritualidad.

Se necesita una Jerarquía con espíritu democrático, donde en cada templo se les permita participar activamente en las necesidades de sus fieles, se reconozca que todos somos miembros activos de la iglesia y formamos parte de el Cuerpo Místico de Jesús.

Desgraciadamente no sólo las autoridades eclesiales han mantenido la comunicación en un solo sentido, sino también los laicos, hemos asumido una posición muy cómoda donde no queremos intervenir, ni opinar sobre nuestro propio sentir, porque ésto significa compromiso, con nuestra Fe.

Fe da lugar acción, la acción al amor, y el amor al servicio.

Sin embargo, el mundo está sufriendo cambios importantes, muchas instituciones han perdido credibilidad, entre ellas la eclesiástica, es urgente, saber que este Sueño de Jesús, se puede hacer realidad en el Hoy y en el Ahora.

, Nuestro Creador tiene un Plan, y creo que ha llegado el momento de ponernos a trabajar juntos, a voltear la estructura y poner arriba las comunidades y sus necesidades y la Jerarquía desarrolle su tarea de Servicio, tal como el Señor lo manifestó-

Las celebraciones eucarísticas son lugares de reunión donde vivimos la fuerza del Espíritu, que nos impulsa a luchar contra los desafíos del mundo actual,

No sé cómo se lleguen a estos cambios, pero no estamos solos, Dios es AQUEL QUE HACE QUE TODO SEA POSIBLE.¡

viernes, 15 de octubre de 2010

APORTACIÓN DE LOURDES ADÁN AL CAPÍTULO 15

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

EUCARISTÍA

Pan, esencial para la vida.
Vino, esencial para el amor.
Pan y vino,
obra de de Dios
obra del hombre.
En ambos, amor y servicio.
En ambos, esfuerzo y sudor.
Jesús es pan,
Jesús es vino,
porque en El hay
amor y servicio,
esfuerzo y sudor.
Comemos pan,
bebemos vino,
en su memoria.
¿Seré capaz
de transformar
el Pna y el Vino de Jesús
en amor y servicio,
esfuerzo y sudor?

APORTACIÓN DE ANA LAURA JIMÉNEZ C. AL CAPÍTULO 5

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

MI APORTACIÓN AL CAPÍTULO 5


Todo lo que explica Lenaers respecto a la fuente de la fe, en una primera etapa la Escritura y en una segunda la Tradición con todos sus elementos, así como la definición de Tradición como el “el cordón umbilical que conecta nuestra fe de hoy con la de los primeros testigos” según yo entiendo, está referido no a la experiencia propiamente de “fe”, no a un acontecer espiritual, sino a creencias que hoy pueden ser más bien un obstáculo para un desarrollo sano espiritual y una fé adulta, propia de nuestro tiempo.

El cristianismo, entendido tradicionalmente, precisa ligarse a creencias. El cristianismo con creencias cree que la Escritura dice y que la Tradición confirma que existe un Dios, como entidad, que es fuente de todo lo que hay y que existe como distinto del mundo y del hombre; cree que existe un principio no mortal en el hombre y que el cuerpo mortal resucitará el último día; cree que el mundo es distinto de Dios y del hombre y que es el lugar donde debe desarrollarse el drama humano.

En esta versión, basada en creencias, el camino espiritual es conocer a Dios y amarle hasta conseguir, por su gracia, en la iniciativa de Dios en Jesucristo, la unidad con Dios por el amor. Cuando se recibe ese conocimiento y amor, ya no hay más muerte, porque incluso los que mueren “mueren en el Señor” y resucitarán en Él.

Esta forma de cristianismo, que es la tradicional y habitual, no puede darse sin la creencia y una creencia en versión teísta. Sin embargo, esta fe basada en creencias puede convertir a la religión en un sistema de poder y quienes controlan ese poder es precisamente de las creencias de donde sacan el poder. Y el poder que dan las creencias es mayor que cualquier otro poder. Y es que este poder es capaz de penetrar donde no puede alcanzar ningún otro poder: en las conciencias. Todos los poderes de la historia han intentado penetrar en las conciencias pero sin tener de su parte la religión basada en creencias, les ha faltado la capacidad de hacerlo. Los gestores de la religión, los gestores del poder de las creencias, los pontífices, los príncipes de las Iglesias, han controlado el mayor poder de la tierra. La religión como sistema de creencias es un sistema de poder que somete, pero que necesita del poder para someter.

Sin embargo, para muchos hombres de nuestra sociedad, que pertenecen a una cultura científica, tecnológica y de cambio continuo, este cristianismo basado en creencias, ya no es viable porque requiere creer y la estructura cultural actual o dificulta la creencia o la impide.

Yo creo por tanto que el cristianismo para el hombre y la mujer modernos, puede ser uno sin creencias que estorban en el desarrollo de una auténtica fé, es decir, un cristianismo que no necesite creer en que la fe consiste en creer lo que nos dice literalmente la Escritura y que se nos ha transmitido mediante la “verdad inequívoca que tienen las palabras de la Tradición”, es decir, que exista Dios como una entidad real y distinta; que hay que creer en el alma humana inmortal; en la resurrección; en un mundo como distinto del hombre y de Dios, en un nivel natural y otro sobrenatural.

Un cristianismo para nuestra sociedad de cambio contínuo no necesita ninguna de esas creencias si puede comprender la unidad radical de todo lo que existe. Sumergiéndonos en el silencio del yo profundo se puede emprender el camino interior sin tener que suponer la creencia en Dios, en el alma inmortal, en la resurrección y sin tener que creer que hemos venido a este mundo como a un campo de pruebas.

Jesús, en este paradigma de cristianismo, no es el Maestro de Doctrina sino el Maestro del camino interior, el Maestro de otra dimensión del existir, una dimensión absoluta que se revela en Él mismo. El camino a recorrer es llegar a reconocer la unidad absoluta de todo. Para reconocer esa unidad se ha de llegar a comprender que tanto el yo como el mundo o incluso la figura de Dios son construcción, una ilusión, una ignorancia del mundo de la dualidad. Lo que realmente hay es la Unidad en la no dualidad. Para mí, el acceso a esa unidad lo tengo gracias al Maestro Jesús que, en su persona, pone frente a mí esa unidad y realidad absoluta para que por Él la reconozca en mí mismo. Para otros habrá otros Maestros que también los conduzcan a tal unidad. Y es que esa suprema unidad puede adquirir, para un humano, rasgos antropomórficos, aunque en sí no los tenga. Sabré entonces que esos rasgos del Único son sólo en relación a mí; pero sabré también que, aunque no existan tal como los veo y siento, no son pura ficción e ilusión mía; tiene un fundamento real que hace que yo, sin creencias, pueda acogerlos sin reservas.

Tomando en cuenta lo anterior, la revelación de Jesús, como la de todos los grandes maestros del espíritu, es una revelación pero indecible. La consecuencia de esa revelación es un conocimiento y un sentir, pero silencioso, porque desborda por completo nuestras limitadas posibilidades de decir y representar. La revelación es una revelación sutil; y nuestra noticia de esa revelación es un conocer que no requiere de palabras del diccionario.

Esa fue la gran experiencia de los discípulos con Jesús. Para transmitirnos esa experiencia no pudieron recurrir a la palabra literalmente entendida sino que trataron de hacer una representación, una simbolización de lo que fue la enseñanza central, el corazón de la enseñanza de Jesús, y así poder simbolizar, en lo posible, esa inefable revelación.

La verdad que nos trajo Jesús, la verdad del Dios Padre, es la Verdad absoluta. Una verdad que está más allá de las pobres y limitadas posibilidades de nuestro cerebro y nuestro corazón. Una Verdad que excede todas nuestras posibilidades de representación. Sabemos de su Verdad con una certeza inquebrantable, pero ni la podemos individualizar, diferenciándola de las otras verdades (toda diferenciación sería hija de una formulación, y la Verdad de Jesús no es ninguna formulación), ni la podemos acotar, ni la podemos representar ni la podemos transmitir con palabras, sólo simbolizarla, y la interpretación del símbolo, de la metáfora requiere indispensablemente del discernimiento para saber si se trata de un “desarrollo positivo bajo el influljo del Espíritu” o de una “degradación generada por una fuerza de gravedad insana. Ante la ambigüedad de lo bueno y de lo malo contenidos en la mezcolanza de experiencias que nos llegan a traves de la Escritura y de la Tradición, el recurso no puede ser como dice Lenaers un autoridad heterónoma, la del magisterio jerárquico, sino la última instancia tendrá que ser la propia y personalísima conciencia, que aunque imperfecta y ambigua, se basa en el encuentro personal con la divinidad, encuentro que encierra la única “revelación” que para mí es significativa, aquella que se me revela sin palabras, en el silencio de mi Yo profundo. El criterio definitivo para mí de validación de la verdad es ciertamente la “fidelidad” a mi propia conciencia y creo que es también definitivo para todos los seres humanos sin distinción.

lunes, 11 de octubre de 2010

PARTICIPACIÓN DE ELISA ZEAVERT AL CAPÍTULO V

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

COMENTARIOS AL CAPITULO 5


Este capítulo, me ha ayudado a comprender la importancia que tiene la fuerza de la comunidad no cabe duda, que los apóstoles que vivieron y conocieron íntimamente a Jesús, desarrollaran lazos muy profundos entre ellos, y luego las primeras comunidades que se reunían a recordar las enseñanzas de Jesús, con qué fuerza sentirían la Presencia del Espíritu Santo. Por eso, cuando el padre Lenaers, le llama el Tesoro de la Tradición, siento, que es invaluable las experiencias que se plasmaron en la Sagrada Escritura, sobre lo que pensaron y sintieron los apóstoles, en los encuentros con Jesús.



Con el tiempo, la Jerarquía adquiere mayor poder, y con el afán de controlar a los fieles, la comunidad dejó de tener la importancia y sobre todo su participación en el caminar de nuestra Fe.



Hoy por hoy, en las celebraciones eucarísticas, los fieles permanecen ajenos a la celebración, nos han mantenido al margen, y nos hemos acostumbrado a que son los sacerdotes los únicos .autorizados a interpretar las Sagradas Escrituras.



La participación de la comunidad de Fe, es como una gran familia, con esa riqueza inigualable de cada uno de sus miembros, cuando comparten el alimento, sus pensamientos, sentimientos, cuando se medita sobre los signos de los tiempos en un marco de amor, de libertad, respeto,,,, qué diferentes serían nuestras celebraciones dominicales, cuando nos reuniéramos a compartir nuestra experiencia de la Presencia de Jesús entre nosotros.



Así lo dijo El:” Cuando dos o más se reúnan en mi nombre, ahí estaré Yo”.



Qué distante estamos de lograr esto, pienso que están labor de los laicos, acercarnos a nuestros sacerdotes y hacerles saber nuestro deseo de participación., quizá la postura de los laicos ha sido muy “ cómoda”, dejando que la Jerarquía tenga ingerencia en todo, creo que es el momento, de hacernos presentes, y recordándoles que la Iglesia es de todos, y la cabeza es Cristo. Y el Espíritu del Señor sopla en donde menos esperemos,,,El está en todos y en todo.



Otro comentario del capítulo, que me encantó, es acerca de que cada comunidad debiera celebrar su eucaristía de manera única , ya que cada lugar, tiene características muy especiales .



La Misión, la Visión de la Iglesia es la que Jesús nos enseñó, una gran comunidad de Vida y Amor, donde todos participemos en su crecimiento y desarrollo, y donde Cristo es la cabeza que nos impulsa a la búsqueda de la Verdad. Dios va a llevar a la Iglesia al Verdad Plena

viernes, 8 de octubre de 2010

Perro Guardían en la santa casa de la tradición, aportación de Gabriela Suárez

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

Considero que lo que nos dice Leaners es cierto, la realidad jerárquica encarna las pulsiones peores de la naturaleza humana. Así como se constituyó la iglesia en el Concilio de Constantino por el interés por unificar su imperio y por el poder, considero que hoy en día la Jerarquía está enfocada hacia el poder y el dinero, intereses totalmente opuestos a los propósitos de Cristo.

La Jerarquía no fundamenta su derecho a limitar nuestra libertadad, en un mandato recibido desde las bases sino de un Dios heterónomo. Pienso que no tienen ninguna base sustentable.

Las relaciones que prevalecieron en la Iglesia eran como de dirigentes políticos y económicos, los cuáles hacían sentir su dominio a sus súbditos y éstos no podían cuestionar ni preguntar, sólo someterse.Hoy en día las personas empiezan a despertar su pensamiento crítico y sospechar sobre la solidez de los fundamentos en los que se basa la iglesia.

Considero que debe existir una Jerarquía debido a que el humano tiende a organizarse en estas estructuras.

Pienso que lo que ha faltado al aceptar la Jerarquía de la Iglesia actual es el pensamiento crítico. Hemos aceptado las reglas, las normas sin cuestionar ni razonar, accediendo el poder infalible de la Iglesia y de sus representantes.Pienso que no nos hemos dado cuenta que esto no es coherente con las enseñanzas de las escrituras ni de Jesús. Una jerarquía teónoma sería más conveniente, ya que la comunidad decide desde adentro, desde la base y por lo tanto, razona y cuestiona.

Estoy de acuerdo con las afirmaciones de Lenaers sobre los dogmas. Me gustó mucho como explican la definición de dogma, “decisión que uno toma en virtud de lo que se piensa”, “persuasiones comunes compartidas por un grupo grande o pequeño de representantes”. Los dogmas son entonces, obra humana. Esto no afecta mi proceso de fe. Cada persona ve de un modo diferente debido al tiempo, espacio, cultura, costumbres con las que crece y se desarrolla. Considero que lo importante en nuestra vida espiritual es no dejar de buscar la propia verdad y sí, los dogmas pueden ayudarnos en esa búsqueda, siempre y cuando no se impongan como verdades rígidas y garantizadas por un Dios verdadero.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

APORTACIÓN DE ANA LAURA JIMÉNEZ A LOS COMENTARIOS DE GABY SUÁREZ SOBRE EL CAPÍTULO V

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)


Me gustó mucho el comentario de Gabi sobre este capítulo, después de concretarnos las dos aspectos de la tradición, que se caracterizan por ser ambos experiencias humanas, por lo tanto “están marcadas por los diferentes factores personales y circunstanciales de espacio y tiempo” además de cómo “hechas por hombres como nosotros, con virtudes y defectos, en otras palabras humanos que vivían en épocas diferentes” a nosotros y es por esto que muchas cosas no concuerdan con nuestro contexto actual.

Me pareció central la consideración de Gaby respecto a que lo que considera más importante es “consciente de ello” , y de ahí que la cita de Pablo le parezca fundamental: “Investigad todo críticamente, guardad lo que da pruebas de ser bueno”.

Nos invita Gaby a tener pensamiento crítico: cuestionar sobre lo que leemos, decimos y hacemos. No creer como absoluto todo lo que dice la sagrada escritura o lo que me marca la iglesia. Nos comparte sus experiencias de su formación cuando iba al catecismo para la preparación de su primera comunión, qué importante me parece el comentar nuestras experiencias, pues estoy segura que más de uno de nosotros nos identificamos con Gaby a partir de nuestras experiencias.

Finalmente nos dice Gaby que piensa que cuando se transmite una tradición se debe de comprenderla, de otra manera en lugar de permanecer sagradas se convierten en vacías, sin significado. Pienso que ahora donde estamos parados debemos seguir el consejo de Pablo, investigar todo críticamente, entender bien lo que nos han heredado para después de desechar lo que nos sirva y quedarnos con todo lo bueno, con el mensaje de Jesús, con lo que nos pueda servir en este tiempo y en nuestro espacio, de acuerdo a nuestro contexto actual, a nuestras necesidades actuales.

¡Gracias Gaby y muchas felicidades por lo profundo de tu reflexión!

viernes, 24 de septiembre de 2010

Aportación de Gabriela Suárez

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)
Entiendo que la tradición se puede definir en 2 conceptos:
1.El depósito de experiencias sobre los encuentros con Jesús (La Sagrada Escritura)
2.Todas las demás expresiones de fe en Jesús
Ambas definiciones de la tradición están marcadas por los diferentes factores personales y circunstanciales de espacio y tiempo. Como lo habíamos visto anteriormente, las escrituras fueron hechas por hombres como nosotros, con virtudes y defectos, en otras palabras humanos. Vivían en épocas diferentes a nosotros y es por esto que muchas cosas no concuerdan con nuestro contexto actual.
Considero que lo más importante es estar consciente de ello. De ahí que la cita de Pablo me parezca fundamental: “Investigad todo críticamente, guardad lo que da pruebas de ser bueno”.
Me parece importante que mantengamos nuestra tradición, porque es una herencia que se ha transmitido a través de los años, pero no por eso se deben justificar nuestras acciones, costumbres e ideas. Debemos tener pensamiento crítico. Debemos cuestionar sobre lo que leemos, decimos y hacemos. No creer como absoluto todo lo que dice la sagrada escritura o lo que me marca la iglesia.
Recuerdo cuando me preparaban para mi primera comunión, en el catecismo, nos ponían a repetir las oraciones para que las aprendiéramos. No nos enseñaron su significado, ni su origen ni nos explicaron porque debíamos aprenderlas. Solo lo teníamos que hacer. Creo que por lo menos con lo que respecta a mi persona todos estos años de celebración de la liturgia fue lo mismo. Llevaba a cabo las mismas acciones, costumbres sin entender el significado. Empecé a investigar y descubrí que muchos rituales o celebraciones que se llevan a cabo en la iglesia provenían de religiones antiguas de Egipto o inclusive de Mesoamérica. Pienso que cuando se transmite una tradición se debe de comprenderla, de otra manera en lugar de permanecer sagradas se convierten en vacías, sin significado. Pienso que ahora donde estamos parados debemos seguir el consejo de Pablo, investigar todo críticamente, entender bien lo que nos han heredado para después de desechar lo que nos sirva y quedarnos con todo lo bueno, con el mensaje de Jesús, con lo que nos pueda servir en este tiempo y en nuestro espacio, de acuerdo a nuestro contexto actual, a nuestras necesidades actuales.

martes, 21 de septiembre de 2010

COMENTARIO DE ANA LAURA JIMÉNEZ A LA APORTACIÓN DE MA. DE LOURDES JIMÉNEZ SOBRE EL CAPÍTULO V

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

Después de una amplia exposición acerca de lo que Luli considera que la Tradición, ella considera que no podemos hacer de ella un “articulo de fe”, o  “verdad inamovible” y “dogma”, pues como expresión o interpretación humana que es, está sujeta a un contexto y condiciones particulares y personales, culturales e históricas de los intérpretes que la formulan y, por tanto, es palabra contingente y movible, según el “espíritu de los tiempos”. Necesitamos hoy una Tradición y un Magisterio que nos de a conocer el núcleo central del mensaje cristiano que se desprende de la vida, muerte y resurrección de Cristo, pero en términos de un lenguaje actual y efectivo que llegue y sea comprendido por el cristiano de todos los tiempos, es decir, que no se quede atrapado en formulas y símbolos de comunicación que sirvieron a otras generaciones pero que ya no le dicen nada o poco al hombre de hoy y cristiano actual. Por eso, nos dice Luli, que a pesar del gran respeto que le merece esa Tradición para entender el mensaje cristiano, cuando esa Tradición deja de ser vehiculo efectivo de conexión y unión de Jesucristo con su pueblo, cuando el mensaje ya no dice nada o poco al corazón sediento del cristiano con su Dios, cuando inclusive puede ser esa Tradición percibida por los fieles como ajena, insensible o hasta contraria con el testimonio cristiano (de perdón, curación, inclusión y comprensión que fue la vida de Cristo entre los hombres), considera que no tiene por que ser considerada como parámetro a seguir por los fieles católicos, y por tanto es procedente exigir de la asamblea eclesial y de su magisterio, un  cambio y ajuste a la enseñanza magisterial en términos no solo de un lenguaje más claro y accesible, sino inclusive revisionista del contenido de ese mensaje que antes canalizo directo al corazón de los fieles la doctrina de Cristo, y ahora, ha perdido esa actualidad y eficacia, por que ya no es fundamental o vital para el cristiano de hoy.

Sin embargo, Luli nos dice que esta exigencia a la asamblea eclesial y al Magisterio de realizar un discernimiento actualizado a nuestra culturam no debe ser  únicamente un discernimiento  subjetivo e individual del cristiano en su vivencia y experiencia interior y personal con la divinidad, sino que debe ser comunitario ya que como Iglesia,  nos involucra a todos los católicos. Lenaers asigna al presidente de cada asamblea el cumplimiento de esta misión, pero cuando los presidentes de nuestras asambleas creyentes sea a nivel Iglesia Universal, como diocesana y parroquial, no cumplen su misión, tenemos que hacerlo nosotros, los laicos.

Creo que el diálogo que pretendemos en nuestro curso y a través de nuestro blog, es una muestra de cómo hoy podemos juntos, y de acuerdo a nuestra cosmovisión, ir descubriendo, como nos dice Luli, “el núcleo central del mensaje cristiano que se desprende de la vida, muerte y resurrección de Cristo, pero en términos de un lenguaje actual y efectivo que llegue y sea comprendido por el cristiano de todos los tiempos, es decir, que no se quede atrapado en formulas y símbolos de comunicación que sirvieron a otras generaciones pero que ya no le dicen nada o poco al hombre de hoy y cristiano actual.


domingo, 19 de septiembre de 2010

APORTACIÓN DE MA. DE LOURDES JIMÉNEZ CODINACH AL CAPÍTULO V

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

CAPÍTULO 05. El cordón umbilical de nuestra fe. El tesoro de la Tradición.

1. La Tradición es una “mezcolanza” … o “deposito multiforme de experiencias sobre encuentros con el Jesús-Mesías que han ido contando los creyentes generación tras generación” nos dice Lenaers en la Pág. 55 de su libro, y como tal “abarca todas las demás expresiones de la fe en Jesús y en el Dios que el anunció” lo cual se plasma y expresa en la oración de los fieles, en los credos y pronunciamientos de los Concilios, de los sínodos, encíclicas de los papas y enseñanzas o interpretaciones de los maestros de la iglesia, es decir en el magisterio de la Iglesia, como un vehiculo más que, junto con la Sagrada Escritura, --y en particular, en el Nuevo Testamento--, nos permita “acceder al Cristo que vive en la comunidad eclesial, y mediante El, -y con El mismo- a Dios” (p.55).

Y como mezcolanza o deposito multiforme de experiencias de encuentros humanos con Jesús, a través de la palabra humana que es la Tradición, al igual que en la Sagrada Escritura estamos de acuerdo en que no toda esta palabra o interpretación de la palabra divina y experiencia de Cristo en que consiste la Tradición y doctrina magisterial, expresa directamente o nos conecta en su integridad “con el espíritu de Jesús”, pues no deja de ser expresión y palabra humana, por más que esta se proponga reflejar el verdadero sentido del mensaje cristiano, y con ello, del encuentro divino, pues como bien dice Lenaers esta tradición “está extremadamente marcada por los factores personales y por los factores temporales de tiempo y espacio” (p.55-56). De esto se sigue entonces, que, por valiosa que sea la Tradición para guardar el vinculo de nuestra fe como comunidad en Cristo, no podemos hacer de ella un “articulo de fe”, o “verdad inamovible” y “dogma”, pues como expresión o interpretación humana que es, está sujeta a un contexto y condiciones particulares y personales, culturales e históricas de los intérpretes que la formulan y, por tanto, es palabra contingente y movible, según el “espíritu de los tiempos”, que de a conocer siempre el núcleo central del mensaje cristiano que se desprende de la vida, muerte y resurrección de Cristo, pero en términos de un lenguaje actual y efectivo que llegue y sea comprendido por el cristiano de todos los tiempos, es decir, que no se quede atrapado en formulas y símbolos de comunicación que sirvieron a otras generaciones pero que ya no le dicen nada o poco al hombre de hoy y cristiano actual.

Por eso soy de la idea, que no obstante el gran respeto que me merece esa Tradición para entender el mensaje cristiano, y que mejor que esa Tradición ha permitido por dos mil años mantener viva la fe del pueblo en Cristo como camino de salvación, también es un hecho que cuando esa Tradición deja de ser vehiculo efectivo de conexión y unión de Jesucristo con su pueblo, cuando el mensaje ya no dice nada o poco al corazón sediento del cristiano con su Dios, cuando inclusive puede ser esa Tradición percibida por los fieles como ajena, insensible o hasta contraria con el testimonio cristiano (de perdón, curación, inclusión y comprensión que fue la vida de Cristo entre los hombres), considero que no tiene por que ser considerada como parámetro a seguir por los fieles católicos, y por tanto es procedente exigir de la asamblea eclesial y de su magisterio, un cambio y ajuste a la enseñanza magisterial en términos no solo de un lenguaje más claro y accesible, sino inclusive revisionista del contenido de ese mensaje que antes canalizo directo al corazón de los fieles la doctrina de Cristo, y ahora, ha perdido esa actualidad y eficacia, por que ya no es fundamental o vital para el cristiano de hoy.

Lo anterior significa que la Tradición, como testimonio humano de la experiencia fundante que fue el encuentro con Jesús de las primeras comunidades, y después de la re-interpretación de esa experiencia por las generaciones posteriores, no solo generó testimonios o “pruebas de ser bueno” (1 Tes.5, 22) como lo dijera Pablo, sino también pruebas y testimonios de lo negativo o mal interpretaciones de las personas e instituciones supuestamente cristianas, pues lo que es obra humana, no puede estar exenta de debilidades, intereses perniciosos o limitaciones y egoísmos cuyo objetivo no es más que mantener un poder personal y egoísta, y ejercer siempre el control sobre los fieles. Pero ello tampoco significa que pueda afirmarse en forma genérica y absoluta como lo hace Lenaers que “La historia de la iglesia ha sido una exposición itinerante de desarrollos fallidos, de abusos y delitos vergonzosos, cometidos por creyentes y jerarcas que a menudo fueron aprobados por príncipes eclesiásticos y teólogos, a quienes hasta los canonizaron como santos y los bendijeron con palabras de la Escritura.” (p.59), pues junto a este lado obscuro de la Iglesia, camina también en paralelo todo un lado de luz, de amor, justicia, perdón y compasión cristiana de creyentes y jerarcas santos, canonizados o no, que con su vida y testimonio cristiano, han mantenido la fe viva en Jesús y en sus seguidores, haciendo de la comunidad cristiana y católica una asamblea de fieles que han visto en ellos la imagen clara y presente de Cristo, y por tanto ejemplo a seguir y emular en sus vidas como verdadero y único camino de salvación.

2. ¿Cómo entonces “quedarnos sólo con lo que da pruebas de ser bueno” que decía Pablo? ¿Cómo conectar con “las experiencias que los discípulos tuvieron en su encuentro con Jesús (…) de tal manera que nada de lo que estuviera en contradicción con el espíritu de Jesús tal y como lo experimentaron y contaron sus discípulos podría pretender ser válido”? (p.60).

Pienso que la Iglesia Católica no debe temer al cambio, revisión y apertura de su Tradición y enseñanza litúrgica o Magisterio, que invocando siempre la “ayuda del Espíritu Santo” debe abrirse al pueblo de Dios y oír sus reclamos y necesidades, confiar en el ‘olfato creyente’, y en el sentido de los fieles o “sensus fidelium” para que con ello, e iluminado por el Espíritu de Dios, revise no solo el lenguaje de su doctrina, sino inclusive el contenido de esa doctrina que en otro tiempo conectó con las necesidades de los fieles, y que ahora parece cada vez más lejana de las preocupaciones y formas de hacer presente al Pueblo de Dios el mensaje original de Jesucristo. No podrá evitarse la ambigüedad de lo bueno y lo malo que toda obra humana puede acarrear, pero la fe y certeza de que esa institución humana que es la Iglesia Católica, fue instaurada por Cristo para mostrar el camino de salvación a una humanidad necesitada de su presencia y de su amor, es la mejor garantía de que a pesar de las vicisitudes y debilidades de lo humano, lo bueno y santo en esa humanidad creada a su imagen y semejanza, siempre prevalecerá para la gloria y salvación de todo hombre y para la subsistencia del Reino de Dios que el vino a instaurar. Los crímenes y abusos que en nombre de Dios se han cometido y que se seguirán cometiendo por los hombres de poca fe y mucho deseo de poder en este mundo, serán cada vez menos presentes en una Iglesia activa y abierta a regresar a la experiencia fundante, donde laicos y seglares, fieles y jerarquía exijamos volver a los orígenes y emulemos y nos conduzcamos conforme al ejemplo que Jesucristo nos dio y nos legó: perdonando, curando, incorporando y acogiendo con amor a todo prójimo en necesidad y desventaja.

3. ¿Qué recurso nos queda entonces? En varios momentos del capítulo -y a todo lo largo de su libro- se dice en los comentarios del Equipo Atrio que sirve de guía a estos comentarios, el autor no va a presentar como última instancia para el discernimiento una autoridad heterónoma, la del magisterio jerárquico (cap.6), sino la subjetiva, inevitablemente imperfecta y ambigua, de la experiencia interior del encuentro personal con la divinidad. Ni la ‘revelación’ de Dios ni su ‘tradición’ se encarnan en la historia del cristianismo más que en la experiencia subjetiva. La crisis modernista sigue siendo una asignatura pendiente, dice el Comentarista del Equipo Atrio.

Pienso que la solución que nos ofrece Lenaers para alcanzar este discernimiento no es el subjetivo e individual del cristiano en su vivencia y experiencia interior y personal con la divinidad, sino el comunitario y que como Iglesia nos involucra a todos los católicos que formamos parte de la Asamblea de creyentes, es decir, no solo la autoridad del magisterio jerárquico integrada por el papa y sus obispos o teólogos en Roma, sino a todas las Iglesias locales en sus respectivos lugares quienes tomando en cuenta el contexto y particularidades de esa comunidad de católicos en asamblea de Dios, deben llevar a cabo ese discernimiento del mensaje central de Cristo en el Evangelio, y adaptarlo o ajustarlo a sus circunstancias concretas, según las necesidades de los fieles en esa localidad. En particular, Lenaers asigna esa función o comisión, al presidente de cada asamblea, para llevar y conducir la oración comunitaria, en un lenguaje abierto a la constante renovación que elimine lo ambiguo de los textos y que permita a la comunidad identificarse y reconocer como propio ese texto.

viernes, 27 de agosto de 2010

APORTACIÓN DE ANA LAURA JIMÉNEZ C. AL CAPÍTULO 4

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

COMENTARIOS AL CAPÍTULO 4

Sigo afirmando que la Biblia no es expresión inequìvoca de Dios y al mismo tiempo he ido haciendo mìas algunas intuiciones derivadas del análisis de los Evangelios y de mi formación teològica y psicològica. Al final de mi comentario digo que para mì la Biblia es la crònica de una historia de fe que crece conforme la humanidad camina en el tiempo, buscando entender su experiencia de Dios. Yo he ido creando mis verdades no porque la Biblia lo diga sino a partir de mi bùsqueda para entender la experiencia de Dios. El dogma de la Trinidad no fue un invento de los teòlogos griegos de la Iglesia primitiva, surgiò de la misma vida de los cristianos, fuè màs una pràctica que una idea. Naciò ligado a la experiencia de la cruz y la resurrección para posteriormente arraigarse y divulgarse en la comunidad creyente a travès de la profesiòn de fe bautismal.


Los primeros cristianos en su catequesis bautismal recordaban a Jesús en le Jordàn y en otros momentos, dirigièndose a Dios, siendo llamado por El como el Hijo muy querido y al Espìritu siendo la fuerza y el impulso que le movìa. De una forma no clara ni nìtida, estos cristianos comenzaron apercibir que su fe cristiana giraba en torno a tres nombres: Padre, Hijo y Espìritu Santo. En Mt 28, 19 ya taenemos la fòrmula bautisma donde se pone en el mismo plano a las tres instancias que ostentan el nombre ùnico de Dios. Asì es como llegamos a entender còmo la Trinidad existiò en la fe de los cristianos antes de que se creara la palabra “trinidad”. Como dirìa J. Moltmann, la Trinidad brotò de la experiencia de Dios de los primeros cristianos.

Hoy mi fè està apoyada tambièn en lo que se llama “ontologìa relacional” que desde la filosofìa y la psicología me dicen que no soy primero yo y luego me relaciono, sino que voy siendo yo en la medida en que me relaciono, desde esta ontologìa relacional yo he podido ir descubriendo que Dios tambièn es relacional, que aquello a lo que hemos llamado las tres Personas Divinas son relaciones de Dios con Dios. En mi bùsqueda de Dios he podido “tocar” esa experiencia que podrìa traducir hoy asì: este mundo ha surgido de Dios creador, y este se me ha acercado de modo insuperable en Jesús y vive en mì como mi guìa y mi fuerza, el Espìritu Santo.

MENSAJE DE ANA LAURA JIMÉNEZ A PROPÓSITO DEL CAPÍTULO 4.1

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

HOLA A TODOS: AYER JUEVES 26 DE AGOSTO TERMINÓ EL ESTUDIO E INTERCAMBIO DE REFLEXIONES SOBRE EL CAPÍTULO 4, la. parte: AGRADEZCO PROFUNDAMENTE A LOS SIGUIENTES INTEGRANTES DE NUESTRO CURSO QUE NOS ENRIQUECIERON CON SUS APORTACIONES A ESTA PRIMERA PARTE DEL CAPÍTULO E INVITO A TODOS A SEGUIR PARTICIPANDO Y LEYENDO ESTAS REFLEXIONES QUE SON MUY ENRIQUECEDORAS PARA NUESTRO CAMINO HACIA UNA FE MÁS ADULTA.

LAS PARTICIPACIONES QUE RECIBÍ FUERON DE:
ALMA PATRICIA JIMÉNEZ DE ROJI
GABRIELA SUÁREZ ESTRONG
ELISA ZEAVERT DE LARREA
CRISTINA TORRES TORRES
MA. DE LOURDES JIMÉNEZ DE PADIERNA
ALEJANDRA ALANÍS DE NÚÑEZ

De entre las muchas y valiosísimas aportaciones de nuestras participantes, quiero subrayar lo que dice Alma Patricia respecto que ha descubierto que Dios no solamente la habla a través de la Biblia, sino que Dios le habla a ella en forma muy personal, hoy, ahora, pero dependiendo de “la apertura que yo tenga ante lo que Dios me quiere decir a mi en cada momento de mi vida"

Sin embargo, dice Alma,  los libros de la Biblia le han servido para que cada vez que ella olvide que Dios está con ella, pueda volver a leer lo que Dios le ha querido decir atraves de su vida, pero a partir de lo que otros han experimentado cómo Dios les ha cambiado su vida y así lo expresan con palabras limitadas pero llenas de riqueza. Así y sólo en ese sentido para ella la Biblia sí es palabra viva, “Palabra de Dios”.

Gracias a todos por su participación y !!ánimo!! a nuestros demás participantes, esperamos su participación que seguramente nos enriquecerá a todos.

Ahora entramos a la segunda parte del capítulo 4 y tenemos hasta el jueves 13 de septiembre para enviar nuestros comentarios...

jueves, 26 de agosto de 2010

Comentario al capitulo 4

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

Al ver lo escrito por mis compañeras, pienso en lo que significa para todas el "Testimonio de una experiencia en Dios" que atraves del Antiguo testamento vemos en hombres sabios y en el Nuevo Testamento en el hombre =Dios Jesus, perfecto por excelencia.
Pero creo que si yo no vivo una experiencia personal, la Biblia resulta ser una historia lejana,los que escriben la Biblia son humanos , pero que han sido tocados por Dios, su experiencia a cambiado sus vidas por lo que se animan a trasmitirnos con esa sencilles humana que caracteriza el entuciasmo de un ser humano en ocaciones inculto, sencillo y otras culto y hasta sabio y poderoso, pero todos tocados por una relacion personal con Dios.
Me parece que leer la Biblia es lo mas cercano que yo tengo para descubrir como otros humanos sencillos como yo han vivido sus experiencias y como camino a seguir ,el hombre perfecto que es Jesus, que aunque el no haya escrito los evangelios, si fueron escritos por personas que transformaron sus vidas al querer seguir a Jesus como "El camino, la verdad y la vida".
Con este comentario solo quiero resaltar lo valioso que es para mi encontrar una recopilacion de experiencias de Dios que van desde lo mas sencillo hasta lo mas sublime y darme cuenta que todo puede pasar segun la apertura que yo tenga ante lo que Dios me quiere decir a mi en cada momento de mi vida.
Ante este enfoque creo importante decir que Dios si me habla personalmente atraves de la Biblia, aunque utilise los medios que estan a mi alcance para lograrlo.
Como muchas veces me habla en mi vida diaria atraves de mi progimo o de los eventos en mi vida es reconfortante saber que desde hace muchos siglos personas de otras costumbres se preguntaron lo mismo que yo pregunto y que la respuesta de Dios a ellos es la misma que encuentro yo "Ama y has lo que quieras", Dios esta siempre amandote , Dios esta contigo.
Todo esto lo leo entre lineas en los diferentes libros de la Biblia y creo con fe que esta ahi para que cada vez que yo lo olvide pueda volver a leer lo que Dios me a querido decir atraves de mi via.
En ese sentido para mi si es palabra viva "Palabra de Dios.

sábado, 14 de agosto de 2010

UNA REFLEXIÓN A PRÓPÓSITO DEL CAPÍTULO 4

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

UNA REFLEXIÓN DE UN GRAN OBISPO ANGLICANO JOHN SHELBY SPONG...

DIOS es mayor que cualquiera de los entendimientos humanos de Dios, Ninguna Biblia, ningún credo, ninguna doctrina o ningún dogma pueden definir finalmente a Dios. Es una tragedia que muchas personas muy religiosas no reconozcan este hecho tan simple. Sin embargo, fuera de los círculos religiosos ésto ha estado presente ya por muchos años. La vida cristiana es un viaje hacia el misterio de Dios, entre más profundamente entremos en este viaje, más nos damos cuenta de que tenemos que ir más allá de todos los sistemas religiosos, incluyendo el Cristianismo…”

Traducido por Ana Laura Jiménez C.

miércoles, 11 de agosto de 2010

APORTACIÓN DE ELISA ZEEAVERT AL CAPÍTULO 4

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

CAPITULO 4
LA SAGRADA ESCRITURA FUENTE DE FE


Para mí, la Sagrada Escritura es una fuente de Fe importante, porque Dios elige la manera de acercarse al hombre , de comunicarse con él, porque nos ama, utiliza a los Profetas y estos hombres sabios conducen al Pueblo Israel, hacia la experiencia divina.

El Nuevo Testamento, gira en torno de Jesús, imagen del Dios vivo, viene a traernos la Buena Nueva, de que Dios nos ama, cuantas veces, me pregunto como nuestro Dios tan grande, tan infinito se acerca al hombre tan pequeñito, para comunicarse con él, para decirle: TE AMO , AQUÍ ESTOY, NO ALLA ARRIBA NI ABAJO, A TU LADO,,,EN TI... EN TU CORAZON…. EN .,DONDE PODRAS ENCONTRARME CADA VEZ QUE ME BUSQUES…

La Sagrada Escritura es maravillosa fuente de inspiración, donde he encontrado significados profundos de mi vida, de mis relaciones con los que amo y por supuesto manera de acercarme a mi Creador, y con todo lo que me rodea.

Pero como todo lo que nos llega de EL, no viene dado, tengo que meditarlo, discernirlo y analizarlo para luego descubrir como lo hago acción.

Hay muchos libros, pláticas, conferencias, terapias, grupos de apoyo, que han sido herramientas de desarrollo y crecimiento personal, a lo largo de mi vida, pero diariamente busco mi libro favorito LA Biblia donde vuelvo a buscar a Jesús, mi maestro, y sus mensajes se vuelven vida en mi interior

Pienso que la Biblia no se conoce lo suficiente, su contenido se ha manejado de manera errónea, porque se impone como Palabra Infalible, y no puede ser, formada por una amalgama de culturas, entorno y circunstancias, que debe discernirse y descubrir el mensaje de AMOR y de PAZ con los que debemos vivir, en este mundo actual lleno de confusión y caos.

He regalado la Biblia a mis seres queridos y la cabo de un tiempo, me la regresan

no tiene valor para las generaciones actuales, no es porque no sea un libro valioso, creo que porque no se les ha enseñado a descubrir en ella el Amor de Dios. .Ese Dios enamorado de su creación-

Es verdad las lecturas los domingos algunas son complicadas no hay coherencia en lo que se dice y lo que se vive..

Ojalá que todos los que hemos tenido la oportunidad de tener grandes maestros de la Fe, dieran a conocer el verdadero corazón de Dios, que tiene “sed” por nuestro amor. Y descubrièramos esa Buena Nueva que nos trae Jesucristo.

martes, 10 de agosto de 2010

Aportación de Gabriela Suárez

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

CAPÍTULO 4

1. Realmente no me asusta saber que las palabras de las escrituras son testimonios de pueblos que vivían una cultura diferente a la nuestra. Más bien es un alivio saber el porqué de las contradicciones, saber que no hay un Dios que nos sugiera apedrear a los adúlteros, juzgar los homosexuales o arder en el infierno.

2. No creo que todo lo que dice la Biblia es palabra de Dios. Conforme lo que he leído, las escrituras fueron escogidas por hombres para formar la Biblia, fueron escritas, traducidas, contadas y copias por hombres. Por lo tanto no es lógico que las escrituras hayan sido literalmente palabra de Dios.


3. La Biblia no es palabra de Dios, es una recopilación de las experiencias de personas según su cultura, interpretación y percepción y hay que leerla como tal.

4. En el sentido en que la Biblia fue escrita de acuerdo a la experiencia de las personas que tuvieron con Dios. Una parte de la idea divina que fue transmitida se ha quedado en la escritura humana. Hay muchas enseñanzas, parábolas e ideas que son inspiradoras

5. La Sagrada Escritura es como un protocolo, un acta que narra la experiencia de Dios que vivieron las dos o tres primeras generaciones de cristianos. Una parte importante de la palabra divina que ella transmite, ha quedado presente en las palabras humanas. Por eso es que se le llama Sagrada Escritura, que significa Escritura divina.

6. La revelación es algo que sube de abajo hacia arriba, desde lo profundo de nuestro ser hacia nuestra conciencia, no como se piensa normalmente que baja del cielo, de las alturas hacia nosotros. La revelación depende también de las culturas e individuos y por lo tanto no valdrá nunca como una verdad absoluta.

7.Esto trae muchas consecuencias como el saber que yo misma soy responsable de mi vida y destino, no es de un Dios que me ve desde arriba. Me hace comprender que debo buscar en mi interior las respuestas, pensar por mí misma y no esperar a que Dios me lo revele o se lo revele a un párroco para decidir yo cómo actuar. Creo que debe yo formar mi propio criterio antes de juzgar a las personas y ser intolerante con las demás personas porque las sagradas escrituras lo dicen.

8. Los pasajes son:
•La mujer que tocó la capa de Jesús y se curó de los derrames de sangre que tenía desde hace 12 años. Jesús se da cuenta y le dice “hija, por tu fe has sido sanada”.
•Cuando Jesús da de comer a 4000 personas, repartiendo 7 panes y 7 pescados.
•La enseñanza de Jesús donde comenta que lo que hace impuro a un hombre no es lo que entra sino lo que sale de su boca, pues lo que sale de su boca, del corazón procede.
•Cuando Jesús va a la boda y se acaba el vino. Entonces Jesús produce más vino para todos los invitados.
•Cuando están a punto de apedrear a una mujer adúltera, Jesús llega y dice “el que esté libre de pecado que lance la primera piedra”.
•La parábola de la semilla de mostaza.

La verdad muchos de los pasajes no los entiendo a fondo o no he entendido realmente el verdadero significado. De hecho hay varios pasajes que me confunden, pero las parábolas de Jesús y sus enseñanzas son las que más me gustan, me parecen coherentes y lógicas.

9. Considero yo que dentro de la Sagrada Escritura hay muchos mensajes e ideas que me ayudaron a mi formación. El leer las experiencias de los autores sobre la vida de Jesús, como los inspiró, cómo lo siguieron y el saber que existió una persona así, es igual una inspiración para mí, para querer conocerlo más profundamente, para vivir una experiencia de fe.

lunes, 9 de agosto de 2010

APORTACIÓN DE MA. CRISTINA TORRES DESDE MORELIA, MICH.

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

EL PADRE NUESTRO


Por Ma. Cristina Torres





Padre nuestro que estás aquí en nosotros,

santifícanos, acompáñanos siempre,

enséñanos a respetar tu voluntad

ayúdanos a conseguir el pan

a perdonar, a amar,

a ser honestos, a no ofender,

perdónanos y no nos dejes caer en tentación

líbranos de todo mal amén.

domingo, 8 de agosto de 2010

APORTACIÓN DE ALMA PATRICIA JIMÉNEZ CODINACH AL CAP. 4

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)
La Sagrada escritura como fuente de fe. Libro de testimonios no de oráculos.

- No me asustan las palabras del P. Leñares, cuando dice que se puede interpretar como heregia. Todo lo que pretenda reubicarnos en una Iglesia moderna, se puede interpretar como herejía

- Pero creo que es nuestro deber como miembros de esta Iglesia cuestionar en ¿Qué creo?, pues si no resulto ser un perico que repite y si me interrumpen la idea vuelvo a empesar,pues no salía de un entendimiento sino de una memoria programada, necesito responder a experiencia personal de fe y no algo impuesto sin sentido real para mí.

- Me gustó mucho el escrito de Marcel Legaut, donde nos describe 4 etapas para leer la Biblia, siendo la cuarta suma de las tres anteriores y una forma muy completa de sacar provecho de la lectura, poniéndose en la época escrita, su cultura, y la conciencia que son seres humanos que describen con sus palabras sus experiencias como seguidores de Jesús y su interpretación de la vida y relación de Jesús y de Dios Padre, así como la misión del Reino de Dios en la tierra, todo con ánimo de servirme para mi experiencia personal en el mundo que me rodea como heredero del Reino de Dios mi Padre.

- La Biblia viene de Dios, en cuanto a ser una ayuda para que yo pueda ser mejor persona, más humana, universal, en espíritu y verdad. Como una guía de los que como yo vivieron su búsqueda y como ejemplo a aquel Hombre por Excelencia que en Jesús encuentro, que tiene un momento histórico hace 2000 años y que atraves del Nuevo Testamento me acerco a las experiencias de relación de Jesús como Hijo de Dios y heredero de su Reino. Jesús, Dios entre nosotros, con su modo de vivir hasta de morir, quien sigue vivo en mi y en mi prójimo, gracias a aquellos que nos trasmitieron sus enseñanzas.

- Yo puedo leer en la Biblia sobre Jesús, el Hombre Perfecto, eso no significa que quien escribe sobre El sea también perfecto, sino solo que quiso trasmitir con palabras humanas la perfección de Jesús, que toco y transformo su vida y que en un acto de amor él quiere compartirnos su experiencia salvífica de haber conocido el camino que Jesús le dio a su vida transformándolo en una que no acaba con la muerte sino que vive dando gloria a Dios eternamente. No creo que ninguno de ellos haya pensado que a sus escritos les llamarían Palabra de Dios, eso fue después y en realidad no podemos ni darles las gracias pues no sabemos realmente quienes escribieron.

- Si creo que escribieron iluminados por Dios, pues escribieron por amor, el sentirse tan amados por Dios que quisieron compartir esas experiencias tan grandes que no se pueden contener. Los hizo querer compartir la Buena Nueva, que cambio sus vidas Dios es nuestro Padre y nos ama como el mejor Padre del mundo con amor perfecto, y es en ese sentimiento que yo encuentro a Dios presente en ellos, su motor para compartir , la fuerza de Dios Amor. Aún que como humanos no son perfectos el único Hombre Perfecto es Jesús y al tratar de describirlo son humanos con sus limitaciones los que escriben, pero Dios está presente en sus intenciones de hacer el bien y por eso, la Biblia da frutos en abundancia porque su esencia es trasmitir el amor de Dios y es garantía suficiente de un buen fruto esta presencia de Dios, aun cuando sabemos que Dios está presente en el Universo y muy especialmente en el Prójimo y si no reconocemos a Dios en esto no tendremos frutos, pues somos libres de recibir los regalos o no.

- Si al leer la Biblia tengo respuestas a mis preguntas y consejo para una vida mejor, depende de mí, ¿Cuál es mi intención? ¿Cuánta disposición de cambio tengo? ¿quiero comprometerme hasta dar todo? ¿permito que me transforme por dentro, la experiencia? ¿lo vivo realmente? Por eso es Palabra viva, porque tiene fuerza de vida que puede transformarme aun 2000 años después, no se acaba su fuerza, debo reconocer que también es Palabra viva “La sonrisa de un niño”, o el sentimiento de agradecer, el amor de mi pareja...etc.… tantas cosas evidentes que pasan por alto a mi alrededor, pues estas vivencias transforman mi vida a ser mejor persona, y lo que cuenta no es la Palabra sino el sentido profundo que la acompaña: La intención con la que se dice, quien las dice y el efecto en tiempo y espacio es importante.Ejm. “Mamacita “la dice mi hija o la dice un albañil en la calle…… Que diferente me hace sentir la misma palabra, que cambia dentro de mí?

- Si pienso que “revelación “ es sinónimo de poder, que solo un grupo privilegiado lo tiene y que me van a hacer el favor de compartírmelo, eso es horrible, pero si pienso en “revelación “ como la posibilidad de encontrar o descubrir a Dios en mi vida diaria, en mi hermano “Dios se revela atravez del otro”, en el mundo que me rodea, esto es para todos , gratis, solo tengo que querer, es una maravilla pensar que lo encuentro hasta en lo más chiquito (o la mas chiquita).

- No le doy importancia al hecho de que quien escribe haya conocido físicamente a Jesús, lo que importa es que su vida cambio para bien por conocerlo aunque haya sido atraves de referencia, a mi me gusta leer a San Pablo y sé que él no lo conoció en vida, pero que si transformo su vida al grado de cambiar todo en lo que él creía.

- Por último yo podría mencionar no solo 6 párrafos de la Biblia que han cambiado mi vida y dejado huella como cristiana sino 1000 y van desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo y doy gracias a Dios de que exista, me encanta La parábola del hijo prodigo, la semilla de mostaza, el buen samaritano, la oveja perdida, el fariseo y el publicano así como la carta a los Romanos, Corintios y del Antiguo Testamento: La creación, éxodo, crónicas (La oración de Yavhes) aunque si hay partes que no son de mi agrado como Las vírgenes, el apocalipsis. La diferencia entre cabritos y ovejas o los que mandan a quemar al gen gena, será porque aun no lo entiendo? Creo que todo me ha ayudado a crecer como persona y no creo que la Biblia sea dictada por Dios, porque que aburrida fuera,, creo en el amor que Dios me tiene y le tiene a todos, yo tomo de ella lo que me ayuda y lo que no entiendo es fácil como si estuviera en un idioma extranjero algún día si me pongo lista aprenderé ese idioma mientras tanto no me aflige., trato de vivir mi momento histórico aunque de repente si me guste traer sandalias…..Bita