viernes, 27 de agosto de 2010

APORTACIÓN DE ANA LAURA JIMÉNEZ C. AL CAPÍTULO 4

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

COMENTARIOS AL CAPÍTULO 4

Sigo afirmando que la Biblia no es expresión inequìvoca de Dios y al mismo tiempo he ido haciendo mìas algunas intuiciones derivadas del análisis de los Evangelios y de mi formación teològica y psicològica. Al final de mi comentario digo que para mì la Biblia es la crònica de una historia de fe que crece conforme la humanidad camina en el tiempo, buscando entender su experiencia de Dios. Yo he ido creando mis verdades no porque la Biblia lo diga sino a partir de mi bùsqueda para entender la experiencia de Dios. El dogma de la Trinidad no fue un invento de los teòlogos griegos de la Iglesia primitiva, surgiò de la misma vida de los cristianos, fuè màs una pràctica que una idea. Naciò ligado a la experiencia de la cruz y la resurrección para posteriormente arraigarse y divulgarse en la comunidad creyente a travès de la profesiòn de fe bautismal.


Los primeros cristianos en su catequesis bautismal recordaban a Jesús en le Jordàn y en otros momentos, dirigièndose a Dios, siendo llamado por El como el Hijo muy querido y al Espìritu siendo la fuerza y el impulso que le movìa. De una forma no clara ni nìtida, estos cristianos comenzaron apercibir que su fe cristiana giraba en torno a tres nombres: Padre, Hijo y Espìritu Santo. En Mt 28, 19 ya taenemos la fòrmula bautisma donde se pone en el mismo plano a las tres instancias que ostentan el nombre ùnico de Dios. Asì es como llegamos a entender còmo la Trinidad existiò en la fe de los cristianos antes de que se creara la palabra “trinidad”. Como dirìa J. Moltmann, la Trinidad brotò de la experiencia de Dios de los primeros cristianos.

Hoy mi fè està apoyada tambièn en lo que se llama “ontologìa relacional” que desde la filosofìa y la psicología me dicen que no soy primero yo y luego me relaciono, sino que voy siendo yo en la medida en que me relaciono, desde esta ontologìa relacional yo he podido ir descubriendo que Dios tambièn es relacional, que aquello a lo que hemos llamado las tres Personas Divinas son relaciones de Dios con Dios. En mi bùsqueda de Dios he podido “tocar” esa experiencia que podrìa traducir hoy asì: este mundo ha surgido de Dios creador, y este se me ha acercado de modo insuperable en Jesús y vive en mì como mi guìa y mi fuerza, el Espìritu Santo.

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