lunes, 11 de octubre de 2010

PARTICIPACIÓN DE ELISA ZEAVERT AL CAPÍTULO V

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

COMENTARIOS AL CAPITULO 5


Este capítulo, me ha ayudado a comprender la importancia que tiene la fuerza de la comunidad no cabe duda, que los apóstoles que vivieron y conocieron íntimamente a Jesús, desarrollaran lazos muy profundos entre ellos, y luego las primeras comunidades que se reunían a recordar las enseñanzas de Jesús, con qué fuerza sentirían la Presencia del Espíritu Santo. Por eso, cuando el padre Lenaers, le llama el Tesoro de la Tradición, siento, que es invaluable las experiencias que se plasmaron en la Sagrada Escritura, sobre lo que pensaron y sintieron los apóstoles, en los encuentros con Jesús.



Con el tiempo, la Jerarquía adquiere mayor poder, y con el afán de controlar a los fieles, la comunidad dejó de tener la importancia y sobre todo su participación en el caminar de nuestra Fe.



Hoy por hoy, en las celebraciones eucarísticas, los fieles permanecen ajenos a la celebración, nos han mantenido al margen, y nos hemos acostumbrado a que son los sacerdotes los únicos .autorizados a interpretar las Sagradas Escrituras.



La participación de la comunidad de Fe, es como una gran familia, con esa riqueza inigualable de cada uno de sus miembros, cuando comparten el alimento, sus pensamientos, sentimientos, cuando se medita sobre los signos de los tiempos en un marco de amor, de libertad, respeto,,,, qué diferentes serían nuestras celebraciones dominicales, cuando nos reuniéramos a compartir nuestra experiencia de la Presencia de Jesús entre nosotros.



Así lo dijo El:” Cuando dos o más se reúnan en mi nombre, ahí estaré Yo”.



Qué distante estamos de lograr esto, pienso que están labor de los laicos, acercarnos a nuestros sacerdotes y hacerles saber nuestro deseo de participación., quizá la postura de los laicos ha sido muy “ cómoda”, dejando que la Jerarquía tenga ingerencia en todo, creo que es el momento, de hacernos presentes, y recordándoles que la Iglesia es de todos, y la cabeza es Cristo. Y el Espíritu del Señor sopla en donde menos esperemos,,,El está en todos y en todo.



Otro comentario del capítulo, que me encantó, es acerca de que cada comunidad debiera celebrar su eucaristía de manera única , ya que cada lugar, tiene características muy especiales .



La Misión, la Visión de la Iglesia es la que Jesús nos enseñó, una gran comunidad de Vida y Amor, donde todos participemos en su crecimiento y desarrollo, y donde Cristo es la cabeza que nos impulsa a la búsqueda de la Verdad. Dios va a llevar a la Iglesia al Verdad Plena

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