lunes, 30 de mayo de 2011

COMENTARIO DE ANA LAURA JIMÈNEZ C. A LA APORTACIÒN DE ALMA PATRICIA JIMÈNEZ C. SOBRE EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÒN

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

QUERIDA BITA:


Nuevamente me gustó mucho tu participación sobre el Sacramento de la Confirmación, como tu y yo platicamos, amamos estos sacramentos, hemos preparado grupos para recibirlo y sin embargo ahora lo podemos ver de otra manera que no le quita para nada su valor sino al contrario, vemos lo necesario que es hacernos conscientes del gran regalo que es y para eso necesitamos de un desarrollo espiritual cristiano profundo. Sin embargo es verdaderamente una lástima, por no decir una verdadera falta de responsabilidad y falta de respeto al pueblo de Dios, que muchos catequistas no se actualicen, y sobre todo que muchos de nuestros obispos y sacerdotes sigan expesándose de este y de los otros sacramentos, en términos de una teología ya superada, con un lenguaje mítico sin aclararnos que precisamente la liturgia es simbólica porque la realidad de Dios en nosotros rebasa completamente a la mente. Esta manera de “evangelizar” está haciendo que muchas personas se retiren de nuestra Iglesia por encontrar sus cultos cada vez con menos sentido y aplicación a la vida diaria.

De acuerdo no sólo a la teología actual sino al mismo Antiguo y Nuevo Testamento, el término “Espíritu” parecía aludir a Dios mismo en cuanto interiorizado en el ser humano, como fuente de todo dinamismo. Sin embargo ahí mismo se hace mención de cómo la mentira, producto de la ignorancia y de la inconsciencia- nos ciega y nos incapacita para “ver” el Misterio en todo y para vivir conscientemente “conectados” por el Espíritu, dejándonos conducir por él, como nuestra Fuente o Dinamismo interior. El Espíritu –afirman el texto- “vive en vosotros y está con vosotros”.

Sin embargo, desde una mente dual, que es en la que se lleva a cabo la evangelización por la mayoría, se corre el riesgo de querer imaginarnos al Espíritu como una Realidad separada que, eventualmente, podemos acoger en nuestro interior. Esta l representación es engañosa y únicamente puede provenir de la mente fragmentadora.

La realidad es otra. Y es que seamos o no conscientes de ello, el Espíritu está ya en nosotros; siempre ha estado y siempre estará, porque nos constituye en lo más íntimo y nuclear de nuestra identidad.

En el evangelio se interpreta la venida del Espíritu como un don de la Pascua, es decir, se asocia a la muerte y resurrección de Jesús, pero se trata sólo de desvelar lo que siempre ha sido.

En cuanto podemos irnos alejando de una mente y un lenguaje “dual” podemos entender que decir “recibimos” el Espíritu significa que “vemos” todo lo que es como “expresión” de ese mismo Espíritu que en todo se manifiesta. No sólo no es una presencia separada que puede o no venir a nuestro interior, sino que nos constituye en nuestra Identidad más profunda.

De manera que, más que un yo habitado por el Espíritu –a un nivel relativo, esto es también cierto-, somos el Espíritu viviéndose en forma de yoes concretos. Hay que recordar las palabras de Teilhard de Chardin: “No somos seres humanos viviendo una aventura espiritual, sino seres espirituales viviendo una aventura humana”.

Cuando yo logro superar mi mente y entrar en una dimensión más profunda donde experimento la presencia de Dios para lo cual ya no necesito conceptos, puedo sentir al Espíritu sin forma que, más allá de mi ego o pequeño yo, que es relativo, se quiere expresarse en una forma, en mí como se expresó en el propio Jesús. A mi modo de ver, la “conversión cristiana” consiste, precisamente, en vivir este paso: del yo al Espíritu.

Al vivirlo, es cuando experimentamos la verdad de las palabras de Jesús: “Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre, vosotros conmigo y yo con vosotros”. Se vislumbra entonces la Unidad profunda, se adora, se saborea y se vive. A partir de ahí, venimos a descubrir que quizás se trata sólo de eso: de comprender quiénes somos. Eso es salir de la ignorancia, despertar, venir a la luz, “recibir” el Espíritu…

El que, sintiéndose uno con Espíritu, deja vivir al Espíritu, que es amor, descubre que el amor se convierte para èl en la consecuencia y en el camino. Es consecuencia de la comprensión: quien descubre su identidad más profunda, donde encuentra el Espíritu, no puede no amar; pero, al mismo tiempo, vivir el amor al otro es preparar el camino para que se nos regale la visión. Y es en la vivencia del amor donde, tal como lo había prometido, Jesús se nos revela: todo converge y se unifica. Sentir amor, ser amor, dejar que el Amor sea… Esa es la experiencia del Espíritu.
Seguramente fue esa misma experiencia la que inspiró a Louis Evely esta oración:

DIOS…

Tú eres
lo esencial de mi vida.

Tú eres
más real que yo mismo.

Tú eres
todo cuanto me desborda.

Tú eres
certidumbre que dinamiza mi querer.

Tú eres
yo,
pero mucho más que yo.

Tú eres para mí
mucho más otro
que lo son todos los otros.

Tú eres
lo que me habita
y lo que yo habito.

Me pertenezco a mí mismo
en la medida
en que me doy a ti.

Me afirmo a mí mismo
afirmándote a Ti.

Soy yo mismo
siendo Tú.

sábado, 28 de mayo de 2011

Capitulo 14 Sacramento de Confirmacion

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

Confirmaciòn:
La confirmaciòn junto con el bautismo son sacramentos para recibir el Espiritu Santo.
En los tiempos actuales la falta de valores y la influencia de otras culturas, han afectado a los jovenes en pleno desarrollo, provocando que sigan el ejemplo de grupos que aunque no comprendan sus motivos, les asegura hacerse presentes y una pertenencia a un grupo, como "Dark", "nemos", o lo que antes fueron "Hippys", "Yuppys", etc.
El principal valor que yo encuentro en recibir este sacramento, es el hecho de que se administra a adolescentes, que estando en plena formaciòn, son influenciables y aùn no son totalmente adultos responsables.
Anteriormente se administraba despuès del bautismo y en mi generaciòn recibimos la confirmaciòn a los 7 años, asi que ni me entere que pasò, pues solo fuè un requisito para luego poder recibir la comuniòn.
Ahora se usa que se reciba despuès de la Primera Comuniòn y aproximadamente a los 15 años, cuidando solo que ya se tenga un año como minimo de haber hecho la Primera Comuniòn.
Es obligatorio para poder recibir el Sacramento del Matrimonio, este hecho de obligaciòn es molesto para todos, especialmente para los jovenes, que hoy en dìa todo cuestionan y las respuestas son autoritarias: "Porque lo digo yo, que soy la autoridad", ò "porque si".
Este poder arbitrario a mì siempre me ha causado un rechazo inmediato.
Pero creo que si este sacramento es tomado en su escencia, es otro regalo que recibimos al pertenecer a esta, nuestra Iglesia.
Porque existe un hueco de educaciòn espìritual entre la 1era comuniòn y el matrimonio, y durante este perìodo no nos gusta escuchar a los papàs, pues ya nos sentimos grandes, aunque aùn no lo somos y es fàcil la influencia de nuestro entorno.
Este sacramento nos hace concientes del "Espìritu Santo" presente en nuestro diario vivir, una presencia de Dios que puede no ser palpable, pero que esta para ayudarnos a tener fuerza y convicciòn para seguir el camino correcto, para tener el valor de enfrentarnos a todo aquello que me aleje de la meta de Dios y que generalmente es muy atractivo y en ocaciones hasta de moda.
No solo es importante el dìa del Sacramento, sino tambièn la preparaciòn para entenderlo.
Los signos son sìmbolos utilizados que vienen de otras èpocas, pero su significado es "combatir el mal", que sì existe, por eso uno debe estar seguro, que Dios està y estarà siempre conmigo para darme la fuerza necesaria para decidir un camino correcto.
Las modas van y vienen, ahora podemos entender mejor la "Imposiciòn de manos", porque el mundo se ha abierto a la cultura oriental y holìstica, pero en otros tiempos esto fue una "cachetada" y su significado el despertarnos y ponernos en guardia para la defensa, aun que esto causò mucha controversia pues despertaba tambièn la ira.
La imposiciòn de manos para transmitir la energìa del cosmos, es principalmente el aprovechar la fuerza amorosa creadora del universo que nos pone a vibrar en una frecuencia saludable y productiva.
La unciòn con oleo y aceite tiene su origen en reconocer el poder y la dignidad de los reyes benditos por Dios,recordar que nuestra nobleza viene por ser hijos de Dios de quien recibimos dignidad y poder, nos da un lugar de privilegio ante el mundo.
EStos sìmbolos son señas reconocidas, pues hoy en dìa nos perfumamos y ponemos cremas y la calidad y duraciòn de ellas reflejan nuestra cultura y nivel econòmico, ademàs de evitar que se agriete la piel, tengamos infecciones o olor desagradable.
¿Que mejor fuerza de amor, que Dios?
¿Que mejor aspecto importante, que el poder que me da ser hijo de Dios, y el comportarme como tal?
No podemos negar que nuestro mundo està lleno de actitudes egoìstas, de placeres irresponsables y pasajeros, de la felicidad a costa del sufrimiento de otros; todo esto se presenta a nuestro alcance y en ocaciones celebramos con nuestro entorno estas oportunidades, pero el vivir como hijos de Dios, requiere de fuerzas; para ser valientes sin importar el ¿Que diràn? y vivir con responsabilidad de mis actos, respetar a mi pròjimo y al mundo en el que vivo y en ocaciones mis fuerzas no son suficientes por lo que necesito saber que Dios està siempre presente para conectarme a esa fuente inagotable que me saca adelante aùn cuando yo haya caìdo muy bajo.
El que sea una costumbre social no me parece un estorbo, pues hay costumbres como estudiar primaria, secundaria y bachillerato para llegar a la universidad, lo ùnico que si me incomoda es el hecho de que se cobre por dar el Sacramento y las tarifas son en funciòn de la elegancia con la que el obispoo me va a dar el Sacramento.
La gracia de Dios es para todos y su nombre lo dice es gratuita y no depende de mis posibilidades econòmicas para poder recibirla.
Por esta razòn, como en los demàs sacramentos,creo que no es la celebraciòn del rito lo que me hace mejor persona, sino la conciencia que yo desarrollo de la presencia de Dios Padre, Hijo y Espìritu Santo en mi diario actuar y vivir.

martes, 24 de mayo de 2011

COMENTARIO DE ANA LAURA JIMÈNEZ A LA PARTICIPACIÒN DE ALMA PATRICIA JIMÈNEZ AL CAPÌTULO 13

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

CON MUCHA CLARIDAD AFIRMAS QUE LOS SACRAMENTOS NO SON PARA RECIBIR A DIOS O AL ESPÍRITU SANTO, SINO PARA QUE NOSOTROS, LOS SERES HUMANOS, HAGAMOS CONCIENCIA DE TODAS LAS BENDICIONES QUE DIOS NOS DA CON SU PRESENCIA EN NUESTRAS VIDAS.

EL AMOR DE JESÚS PARA NOSOTROS ES EL MISMO AMOR DE DIOS QUE SIEMPRE ES TOTAL, ABSOLUTO, INCONDICIONAL, AUNQUE TRISTEMENTE NO NOS DEMOS CUENTA DE ELLOS, PERO PARA ESO SON LOS SACRAMENTOS, PARA HACERNOS PRESENTE EN NUESTRA CONCIENCIA ESTE REGALO DIVINO. COMO SERES HUMANOS NECESITAMOS DEL RECONOCIMIENTO Y PARA ESO LOS SÍMBOLOS NOS SON MUY IMPORTANTES, COMO DICES NUESTROS PAPÁS SIEMPRE NOS DIERON ESOS SÍMBOLOS CUANDO PUDIERON O CUANDO ESTUVIMOS CERCA, PERO AHORA QUE YA NO ESTÁN NO POR FALTA DE SÍMBOLOS DUDAMOS DEL GRAN AMOR QUE NOS TIENEN.

SIN EMBARGO, COMO TAMBIÉN DICES, A TRAVÉS DE LOS AÑOS LAS COSTUMBRES Y LAS MUESTRAS DE AFECTO VAN CAMBIANDO, PERO ESO ES SOLO EL SÍMBOLO, EL AMOR NO CAMBIA NUNCA. HOY NECESITAMOS EXPRESAR ESOS SÍMBOLOS EN UN LENGUAJE ACORDE A NUESTRA CULTURA PARA QUE NOS SEAN SIGNIFICATIVOS Y NO MEROS ACTOS SOCIALES.

TODOS LOS SACRAMENTOS DEBERÍAN PROPICIAR UN ENCUENTRO EXISTENCIAL CON JESÚS, Y AL DECIR ENCUENTRO, AHÍ ESTÁ MI PARTE, MI RESPUESTA, Y ÉSTA DEPENDE DE MI CONCIENCIA, PARA LO QUE NECESITO DE LOS SACRAMENTOS, AUNQUE TAMPOCO SON INDISPENSABLES, PERO SÍ MUY CONVENIENTES.

NI SIQUIERA LOS SACRAMENTOS NOS ACERCAN A DIOS, ÉL YA ESTÁ TODO ENTREGÁNDOSE A CADA UNO CON UN AMOR INCONDICIONAL, LOS SACRAMENTOS NOS HACEN CONCIENCIA DE ESA PRESENCIA, DE AHÍ QUE HABRÁ GENTE QUE SIN SACRAMENTOS PUEDA ESTAR MUY CONSCIENTE DE QUE DIOS ESTÁ EN ELLA.

LO QUE SÍ ES COMO DICES QUE LOS SACRAMENTOS NOS AYUDAN Y NOS PERMITEN EL CELEBRAR PÚBLICAMENTE QUE SOMOS HIJOS DE DIOS Y QUE FORMAMOS PARTE DE UNA IGLESIA QUE TRATA DE SEGUIR SUS PASOS.
COMO DICES TAMBIÉN, LOS SERES HUMANOS SOLO PODEMOS EXPRESARNOS CON LENGUAJE Y EXPERIENCIAS HUMANAS, PORQUE ES LO ÚNICO QUE TENEMOS Y DE ESAS EXPERIENCIAS SE TIENE QUE ELABORAR LAS NUEVAS LITURGIAS SACRAMENTALES, CREO QUE LO TENDREMOS QUE HACER AQUELLOS QUE FUIMOS PRIVILEGIADOS Y RECORDAMOS MUCHAS EXPERIENCIAS DE AMOR DE NUESTROS PADRES, INDEPENDIENTEMENTE DE QUE FUÉRAMOS AGRADECIDAS.

APORTACIÒN DE ALMA PATRICIA JIMÈNEZ DE ROJI SOBRE EL CAPITULO 13

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

Capítulo 12


El mundo de los signos

Los Sacramentos como rituales.



Alma Jiménez C.



Los Sacramentos son signos sagrados no para recibir a Dios o al Espíritu Santo, sino para que yo, ser humano, haga conciencia de todas las bendiciones que Dios me da con su presencia en mi vida.

Dios siempre es amor incondicional, como la parábola de las diferentes jornadas de trabajo, su recompensa (Amor) es siempre absoluto y no depende de si yo trabajo más o menos en lograrlo, solo depende que yo disfrute más o menos de sus bendiciones, que me dé cuenta que siempre está presente.

En mi sentir, los seres humanos necesitamos que nos hagan saber que importamos, yo necesito saber que me estiman para mantener una relación de amistad, cariño, y amor.

Lo descubro a través de símbolos, agradezco desde una sonrisa, un abrazo, un beso cariñoso, tanto como una flor, un chocolate o un regalo.

Los disfruto y me hace que quiera más a esa persona que está presente con sus detalles.

Pero a través de los años las costumbres y las muestras de afecto han cambiado, no solo por cultura, higiene, adelantos tecnológicos o nuevas necesidades.

Pero aún así es sabido que la repetición de un acto se vuelve costumbre y así también necesaria, como el hecho de que me despida de mis seres queridos con un beso, el día que no es así, pienso si estará enojado o ya no me quiere.

También es necesario que las fechas y momentos importantes de mi vida, las comparta y las celebre con mis seres queridos, y cada año que pasa estaré más cerca de aquellos seres con los que comparto lo importante.

No me preocupa si fue Jesús, quien instituyó los sacramentos, o si estos son 7 o 100.

El paso de Jesús por la tierra, corresponde a una época, en un sitio geográfico, con personas que compartieron a su alrededor la cultura y las costumbres sociales y religiosas, en este entorno Él fue hombre de su tiempo, amigo, hijo, familiar, amó y se sintió amado, así estuvo presente, disfrutó y festejó y como hombre perfecto, su relación con Dios Padre fue saberse Hijo amado y lo mantuvo siempre presente y cercano en su vida diaria.

El querer seguir a Jesús me hace Cristiano y al respetar los Sacramentos, aunque no voy a participar en todos pues si me caso o no, o si soy sacerdote, o si nunca me enfermo y jamás recibo la unción de los enfermos, me hace tener siempre presente a Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Los sacramentos son símbolos sagrados porque me acercan a Dios y recibo su gracia no solo por el sacramento, sino porque esté me hace estar consciente de que Dios está presente.

Pues desde que me da la vida, todos los días están llenos de regalos gratuitos como mi Padre que me ama en abundancia, depende de mí, el estar abierto a saberme hijo de Dios y aceptar todas sus bendiciones, los Sacramentos me ayudan a aceptar públicamente que soy hijo de Dios y formo parte de esta familia de cristianos.

A través de ellos me doy cuenta de la presencia de Dios a lo largo de toda mi vida, desde el nacimiento, adolescencia, juventud, en el encuentro con el amor, en la enfermedad y la tristeza, los Sacramentos son símbolos de que yo creó en el amor de Dios y lo comparto con mis seres queridos aceptando públicamente que sigo los pasos de Jesús resucitado.

Dios me llena de bendiciones gratuitas (gracias) cada mañana que amanezco con vida, cada pedazo de pan que llevo a mi mesa, cada fuerza que me impulsa a trabajar y servir al prójimo, cada pensamiento positivo, cada regalo que recibo en la persona de los seres que me rodean, aun que yo no me dé cuenta.

El que pertenezca a la Iglesia Católica Apostólica Romana, es un camino que mis padres escogieron para mí cuando niño y que yo al crecer he aceptado como vehículo para llevarme a Dios, para que yo tenga a Dios presente en mi vida y me comporte como su hijo.

Solo puedo expresarme con lenguaje y experiencias humanas, mi idea de amor de padres me hace recordar que ellos me quisieron independientemente de que yo lo reconociera y fuera siempre agradecida.

Ellos festejaron todos los momentos importantes de mi vida aunque algunos yo no los haya compartido con ellos, siempre quisieron lo mejor para mí y aunque yo estuviera distante, ellos me esperaban con brazos abiertos y eso no por mis meritos sino por el amor de padres que me tuvieron.

Fue costumbre de mi familia hablar por teléfono con ellos todos los domingos, y aunque algunos domingos no hable, también entre semana hubo veces que quise hablarles, sin embargo no fue una exigencia sino algo que nacía del querer tenerlos presentes y por lo mismo no dejaron de quererme aún ausente.

Nunca los sentí lejos de mí, esto lo pongo como un ejemplo humano, mucho más razón si se trata de Dios, aunque creo que las costumbres, los ritos y símbolos, como son los Sacramentos, me permiten hacer un pequeño esfuerzo para no perder de vista el objetivo de tener a Dios presente en mi vida, nunca será por mi esfuerzo que Dios me quiera o me premie, la diferencia será solo para mí que sienta que pongo un granito de esfuerzo para no olvidar a Dios en mi vida dia

COMENTARIO DE ANA LAURA JIMÈNEZ A LA PARTICIPACIÒN DE LOURDES JIMÈNEZ AL CAPÌTULO 14, 1a. PARTE.

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

HOLA RULITA:

ME ENCANTA VER QUE YA ESTE CAPÌTULO LO SIENTES FÀCIL, LO QUE PASA ES QUE HAS PROFUNDIZADO Y CUESTIONADO BASTANTE EN LOS ANTERIORES, YO CREO QUE LAS PLÁTICAS PRESACRAMENTALES QUE DAN EN LAS PARROQUIAS NO TIENEN MUCHO SENTIDO PORQUE ANTES NO SE VE TODO LO QUE HEMOS VISTO EN NUESTRO CURSO. PARTIMOS DE UN DIOS QUE ESTÁ DENTRO DE NOSOTROS Y QUE ES EL FUNDAMENTO DE TODO LO QUE EXISTE, QUE ES LA UNIDAD ORIGINAL Y AMOROSA QUE SOSTIENE TODO, HEMOS QUITADO EL PECADO ORIGINAL Y NOS HEMOS CENTRADO EN UN MENSAJE DE AMOR Y DE ENCUENTRO EXISTENCIAL CON JESÚS A TRAVÉS DE LOS SACRAMENTOS, NO PORQUE ANTES NO ESTÉ EL EN NOSOTROS RESUCITADO, SINO QUE NUESTRA MENTE NECESITA ESTAR CONSCIENTE DE ESA PRESENCIA Y PARA ESO SON TODOS LOS SACRAMENTOS, SI NO SIRVEN PARA PROVOCAR EN NOSOTROS EL ENCUENTRO EXISTENCIAL CON ÉL, NO SIRVEN PARA NADA, SE QUEDAN EN CEREMONIAS SOCIALES, COSA QUE NO ESTÁ MAL PERO QUE NO TENDRÍAN POR QUÉ LLAMARSE SACRAMENTOS Y MENOS CRISTIANOS.




LA “ADMINISTRACIÓN DE LA GRACIA” COMO SE LE HA VENIDO LLAMANDO, NOS DIJERON QUE ERA LA FUNCIÓN DE OBISPOS Y PÁRROCOS, Y ESTO LES HA DADO MUCHÍSIMO PODER, PERO LA GRACIA YA ESTÁ DADA, ES DIOS MISMO QUE SE NOS ENTREGA SIN RESERVA Y EN FORMA INCONDICIONAL, ES DECIR, NO REQUIERE NINGUNA CONDICIÓN PARA ENTREGARSE A NOSOTROS.



ME DA MUCHO GUSTO VER CÓMO TODO LO QUE HEMOS VISTO TE LLEVA A DARLE A LOS SACRAMENTOS UN NUEVO GIRO, COMO DICES, DE PLENITUD Y COMPENETRACIÓN CON JESÚS Y POR MEDIO DE EL, CON SU PADRE. TE ADJUNTO UN BELLO ARTÍCULO QUE APARECIÓ EN LA EXÉGESIS DE ESTE DOMINGO. LA MANERA COMO VES AHORA EL BAUTISMO ME PARECE PROPIA DE UNA FE ADULTA, TAMBIÉN LO QUE SE REFIERE AL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN, POR SUPUESTO QUE PODEMOS SEGUIR CELEBRÁNDOLOS ESTOS DOS SACRAMENTOS PERO CON UN NUEVO SIGNIFICADO Y POCO A POCO IR TRANSMITIÉNDOLO A NUESTROS SERES QUERIDOS PUES A VECES LAS PLÁTICAS QUE LES DAN LOS PADRES ESTÁN BASADAS EN UNA FE INFANTIL.



VEO QUE YA ANALIZASTE TODO EL CAPÍTULO, ES DECIR LOS OTROS SACRAMENTOS QUE INCLUYE; LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS, EL SACERDOCIO Y EL MATRIMONIO. TODOS SE VEN DIFERENTE DESDE ESTA NUEVA PERSPECTIVA. DECIMOS QUE LOS SACRAMENTOS SON AYUDA PARA QUE LA GRACIA DE DIOS SE NOS HAGA PRESENTE Y SUFICIENTE PARA CUMPLIR NUESTRA MISIÓN Y LLEGAR FINALMENTE A DIOS. SIN EMBARGO, DESDE UN DIOS TEÓNOMO, QUE YA ESTÁ EN NOSOTROS, EN REALIDAD EL PROCESO ES EL NUESTRO QUE AL IR MADURANDO EN LA FE CADA VES SOMOS MÁS CONSCIENTES DE SU PRESENCIA.



EXPRESAS MUY BONITO LA NECESIDAD DEL SACRAMENTO, YO CREO QUE NOSOTROS LOS NECESITAMOS, SI NO HUBIERA, LOS INVENTARÍAMOS, COMO LO HICIERON LOS PRIMEROS CRISTIANOS, Y CREO PRECISAMENTE QUE HOY TENEMOS QUE REINVENTARLOS CON UNA LITURGIA PROPIA DE NUESTRA CULTURA PARA QUE SEA REALMENTE SIGNIFICATIVA EN UN MUNDO EN QUE LAS COSAS YA NO SE VEN COMO ANTES Y EN DONDE COMO TÚ DICES, VARIOS ASPECTOS HASTA HOY PROHIBIDOS DESDE UNA VISIÓN TRADICIONAL DE LOS SACRAMENTOS, AHORA PODRÍAMOS SER MÁS FLEXIBLES E INCLUYENTES, PUES EN REALIDAD, DIOS ESTÁ EN TODO SER HUMANO, LO ÚNICO QUE NECESITA ES DARSE CUENTA DE SU PRESENCIA Y POR LO TANTO DE SU AMOR.

lunes, 23 de mayo de 2011

APORTACIÓN DE MA. DE LOURDES JIMÉNEZ AL CAPÍTULO 14, la. PARTE: BAUTISMO Y CONFIRMACIÓN

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

De: Lourdes Jimenez [ljimenezcodinach@gmail.com]


CAPÍTULO 14 DEL LIBRO DEL PADRE LENAERS, la. PARTE: BAUTISMO Y CONFIRMACIÓN.
Comentarios de Ma. de Lourdes Jimenez Codinach al Capitulo XIV, Los Cinco llamados rituales de Tránsito, del libro del P. Leaners, Otro Cristianismo es Posible.

Este capitulo para mi es facil de seguir y abrazar en su integridad, una vez aceptado y asimilado todo lo dispuesto en el Capitulo XIII anterior, donde vimos como es que se ha distorsionado el verdadero sentido del sacramento, como signo o simbolo que profundiza nuestra relación existencial con Jesus, y no como aquello sin lo cual, no se habilita ni permite abrir las compuertas de la gracia y de la salvación que da practicar el rito y el sacramento, en el momento y forma especialmente indicada y ejecutada, es decir hacer del sacramento y del rito algo indispensable para alcanzar la gracia, y no una forma de profundizar y vivir más plena esa gracia y don que es el amor de Jesucristo a nosotros.



Entonces si aceptamos que el sacramento como rito y signo sensible es útil y conveniente pero no indispensable, pues el amor ya está dado, toda la doctrina sobre los sacramentos que quizas aprendimos, estudiamos y ejecutamos, cobra un nuevo giro, de plenitud y compenetración con Jesucristo y, por su conducto, con el Dios que el nos revela, y no como mera llave indispensable para llegar al Padre.



Bajo este esquema, el Bautizo practicado desde el nacimiento del bebé, no es para liberarlo de un pecado original inexistente, sino para manifestar el deseo de los padres de que ese niño forme parte de la comunidad eclesial a la que este ingresa y de la que ahora es parte para que en conjunto se camine al Padre Celestial. El sacramento de la confirmación, ahora tan olvidado y despreciado por inútil, cobra así mayor importancia y valor al ser ejecutado, cuando la persona ya más grande ratifica concientemente y por su propia voluntad su deseo de ser parte de esa comunidad religiosa pues sin duda el caminar de muchos, es más llevadero y placentero, que el caminar en la soledad, pero ello no significa que al no realizarse esa confirmación, la persona quede excluida de la Iglesia, y por tanto, de la gracia y la salvación de Dios, pues estos son dones que ya le han sido dados y adelantados por Dios en su amor y misericordia plena.



La unción de los enfermos, el sacerdocio y el matrimonio,por su parte, tambien cobran un sentido mas personal y reiterativo del deseo de entregarse en brazos de Cristo, tanto ante una perdida de salud que nos pueda llevar a la muerte, a la que por naturaleza tememos pues nos es desconocida, aunque por fe sepamos que es el transito necesario a un vida nueva plena y gloriosa que no se acaba, como también significar y hacer patente el deseo de representar y abrazar un estado o compromiso de fidelidad con Dios, y con El, para el bien del prójimo como lo es el sacerdocio, o con la pareja que se ama y a través de la cual y con la cual se quiere emprender una vida en común que nos lleve juntos al encuentro con Dios, pidiendo e invocando que en ese camino u opción de vida, la gracia de Dios se nos haga presente y suficiente para cumplir nuestra misión en la vida y llegar finalmente a Dios.



Una concepción mas vivencial y personal de los sacramentos como formas de acercarse y compenetrarse con Jesus, y por el, con el Dios que el encarna y que nos ama, nos permite dimensionar mejor lo verdaderamente importante del sacramento, alimento que nosotros conscientemente buscamos para sentir viva su presencia y su amor en nosotros, ese amor que nos toca y nos transforma para ser mejores seres humanos, para ser inclusivos, comprensivos y considerados con el prójimo, para entender la debilidad humana y superarla en comunidad, para entender que la vida es un don y como tal hay que vivirla en justicia y amor fraternal por el otro, que entender y perdonar la debilidad humana, nos hace mas cristianos y constructores del Reino de Dios. Bajo este marco, y no el mas formal y estricto de la tradición, aspectos como el celibato y el ejercicio del ministerio sacerdotal por hombres como mujeres, el matrimonio y el divorcio, el control natal, la eutanasia o las preferencias sexuales entre personas del mismo genero, serán vistas con más flexibilidad y detonantes de ajustes y modificaciones a la doctrina cristiana acorde a los aires de los tiempos de la epoca en que vivimos.

lunes, 9 de mayo de 2011

PARTICIPACIÓN DE MA. DE LOURDES JIMÉNEZ CODINACH SOBRE EL CAPÍTULO 13

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

Comentarios de Ma. de Lourdes Jimenez Codinach al Capitulo 13, El mundo de los signos, del libro Otro Cristianismo es posible del P. Leaners:

Con mucha sencillez y claridad este lindo capitulo del Libro del P. Leaners, vino a poner en orden mis ideas un poco, o un mucho, confusas y contradictorias, en relación con la vida de la gracia que actua y vive en mi a través de los sacramentos y del ritual externo. Por un lado tenia yo una idea muy heterónoma de los sacramentos, como medios o instrumentos a través de los cuales los hombres recibimos la gracia y el alimento que el Señor nos tiene reservado para ofrecernos en los momentos claves de nuestras vidas, y que nos permitirán conducirnos rectamente durante nuestra existencia para enfrentar las penas, la tristeza, la duda, el miedo el dolor y la sensación de abandono que luego vivimos, pues al practicarlos (llámese bautismo, confirmación, primera comunión, matrimonio o extrema unción), recibimos a cambio la gracia y los dones y el alimento espiritual que tanto necesita nuestra alma para sentirnos hijos muy amados de Dios. Por otro lado, quizás con un sentido mas de intuición, que de reflexión, que esos dones o alimento espiritual siempre nos acompaña, que nos son dados, los hayamos o no pedido e invocado, pues el Señor siempre está en nosotros y nosotros en el, pero que es mejor practicarlos que ignorarlos pues mayor será nuestra gracia y bendición. Hoy me queda muy claro que ese alimento espiritual y don gratuito que es la gracia que nos abre el Sacramento, Dios la tiene y la da y comparte con todos los seres creados, seamos o no bautizados, creamos o no en su existencia, celebremos o no el sacramento, pues nos son dados sin necesidad de tener que ser invocados o requeridos, pues esa gracia ya obra y actúa en mi, aunque yo no lo sepa o presienta. Que nunca estamos solos, ni abandonados, que Dios está en nosotros y nos acompaña siempre, solo que como ser humano que somos requerimos muchas veces del lenguaje del rito, del culto, de la imagen y la representación para expresar nuestra necesidad de una presencia más plena e intensa del Señor. El practicar ( o no practicar) los sacramentos nos confirma y trae a luz nuestra relación inseparable con el Señor, y nos indica, que si bien Jesus es el camino y la vida, no es el único camino que lleva al Padre, que hay otros mas, igual de validos y plenos que nos acercan y llevan al Señor. el camino de Jesus, es sin embargo siempre seguro y sin lugar a desviación.





Pensar que el sacramento me va a abrir al mundo de la gracia, hoy me parece ingenuo, sin embargo todavía hace medio mes, pensé que no era conveniente que mi nieta entonces de 5 meses, post-pusiera su bautismo. E igual, me angustia y preocupa, cuando mis hijos no se han confirmado, o no vamos a misa o al confesionario con la regularidad requerida. La razón? Quizas por que pesa en mi el concepto heterónomo del sacramento, es decir como fórmula o ritual externo, que al ser debidamente practicado y realizado, ello me podrá abrir la complacencia divina para abrir su generosidad hacia mi, y por el contrario, el olvido o practica inadecuada del sacramento, tendrá el efecto de limitar el flujo de la gracia. Nada más lejano como bien lo aclara Leaners en este capitulo, de esta visión heterononomista de la gracia y el sacramento. No es que Dios haya instituido el sacramento, para por su medio enviarme la gracia. sino que es el hombre, soy yo, la que ha creado el ritual y la formula, como medio externo de materializar y estrechar mi cercania con Dios. El sacramento como dice Leaners, no es algo inventado desde arriba para canalizar la gracia que Dios tiene reservada para mi, sino algo creado y desarrollado desde abajo por el hombre, para mejor expresar y satisfacer la necesidad que tiene el hombre de saberse en comunicación y comunión con su Dios, aun cuando como bien expresa Leaners, la criatura siempre tiene a Dios presente, vivo y actuante en el hombre, con un amor y una misericordia que no tiene medida, que es incalculable y no tiene limite u horizonte, y que somos discípulos y seguidores de Jesus, aun cuando no lo sepamos, sigamos o conozcamos, pues somos criaturas de Dios, hechas a su imagen y semejanza, llenas de su amor infinito e inmerecido que simplemente se nos da. y por eso entiendo cuando dice Leaners, que los sacramentos son útiles y provechosos para que el hombre realice o sienta que entra en una comunicación mayor y más plena con Dios, pero que no son indispensables, o necesariamente requeridos para estar en su amor y protección, para alcanzar la salvación que no es más que la vida plena en el y con el, o con ese ser que no es más que misericordia sin medida y amor sin limites que vive y actúa siempre en nosotros, que nos acompaña siempre aunque no lo sepamos, queramos o sintamos.

miércoles, 4 de mayo de 2011

APORTACIÓN DE MÓNICA ZEEAVERT AL CAPÍTULO 13

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

APORTACIÓN DE MÓNICA ZEEAVERT AL CAPÍTULO 13

Me encanto! Asi es el amor de Dios envuelve todo. Lo que siento diferente es lo de la Eucaristia, pues para mi no es el recuerdo sino es el mismo en ese momento que entrega su vida por nosotros,como si nosotros estuvieramos alli. Y lo maravilloso es que su amor entra en cada celula y la llena de su amor. Lo que si es cierto es que este acto de FE es diferente en cada persona, no por ser jovenes o viejos ambos estamos en muchas ocasioones muy indiferentes a esta entrega de todo su amor. Es increible como escogio quedarse en forma de alimento para que su amor nos vaya transformando asi copmo el alimento.

martes, 3 de mayo de 2011

APORTACIÓN DE ELISA ZEEAVERT AL CAPÍTULO 13

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)


EL MUNDO DE LOS SIGNOS



La vida del ser humano siempre ha estado rodeada de signos y de símbolos, por medio de los cuales manifiesta el hombre su mundo interior. Expresar nuestro amor es más fácil, si se acompaña de una rosa roja, una carta.

Es por ello, que nos hemos arraigado a ritos que muchas veces han perdido su verdadero significado.



Sacramento de acuerdo al diccionario,”Acto de la Iglesia Católica por el cual se santifica o recibe la gracia divina una persona.”

Es la Iglesia Católica la única “autorizada” para otorgar la gracia divina?

Y si en este Sacramento sólo queda el Acto, sin que la persona realmente participe de una manera vivencial, conectándose con su ser profundo, que queda de ese Sacramento, sólo un rito, frío y distante, sin ningún significado.



El camino de la Fe se enriqueció con ritos, con celebraciones que manifestaran y fortalecieran el camino del cristiano. Las primeras comunidades, enriquecían su Fe, recordando a Jesús y su mensaje, y se vivían con todo su expresión uniendo la Fe con su vida-

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Sin embargo en pleno siglo XXI, las costumbres, los ritos y las tradiciones de las comunidades religiosas se han mantenido en sus formas y han dejado de ser congruentes con la expresión auténtica del cristiano, y por ello, tantas generaciones jóvenes, ven en estas celebraciones la oportunidad para convivir con la familia y amigos, que también tiene su riqueza, pero deja a un lado el verdadero significado del rito, la falta de una verdadera interioridad muy distante del mensaje de Jesús donde es Dios, en su Infinita Bondad y Misericordia nos permite la participación en su Vida Divina, y nos llena de Su Plenitud.





Cada domingo cuando asisto a misa, voy entendiendo el significado profundo de la oración comunitaria, del rito de la paz, de recibir la Eucarístía, con el recuerdo de Jesús compartiendo el pan con sus discípulos, todos esos momentos que nos hacen sentirnos unidos por una misma Fe en Jesucristo. Pero pienso también como se podría enriquecer esta celebración si todos participáramos en forma más activa, dejándonos llevar por el Espíritu Santo que nos une y EL y sólo El es quien nos llena de su gracia.



Mi vida está rodeada de signos de la Presencia de Dios, el amanecer es rito de silencio, de esplendor de belleza, viendo en la playa a las personas que meditan y profundizan en este Regalo de Dios, es un Sacramento de la Vida, de Amor, al ver a dos parejas que han permanecido unidos tomados de la mano, en los momentos felices y difíciles de su caminar. Dios está aquí en la alegría y en los cantos de los niños..no cabe duda, que todo nuestro mundo, el Cosmos, es un Signo del Amor de Dios.