No sé cómo empezara escribir sobre un capítulo en el que estoy totalmente de acuerdo... Sin embargo, considero que la fractura no tiene que ver con lo recubrimientos, sino que tiene que ver con la narrativa con la que nos inventamos la realidad. Hace más de un siglo Nietzche nos decía que Dios había muerto y por lo tanto éramos responsables de nuestros actos, de la vida que queríamos vivir, de nuestras decisiones. La iglesia obviamente hizo caso omiso de la profundidad de las palabras de este filósofo y siguió predicando una salvación que no existe, una meta inalcansable, y un presente lleno de sufrimiento que sólo podía ser transformado por la fé, por pertenecer a la iglesia, por creer en algo más allá de lo sensible. Más tarde vino Foucault a decirnos que el hombre ha muerto. El ser humano también es una invensión de la modernidad. No existe el individuo. Citando a Sartre, "Soy una nada queriendo ser algo." Eso es el ser humano... Y por eso la iglesia es el mejor negocio del mundo. Le vende a vasos vacíos líquido para llenarse. Sin embargo, los vasos nunca se llenan, nunca quedan satisfechos. Y aquí estamos, tratando de descubrir dónde está el error de las interpretaciones o del lenguaje que usaron cuando el error está en estar viendo fuera lo que tenemos dentro.
La espiritualidad no puede ser algo institucional. Es algo muy íntimo, muy personal. Lo único que nos puede aportar una institución es señalarnos el camino, pero es un camino que cada uno tiene que recorrer solo. Abandonar la seguridad de lo conocido (como hizo Abraham) y iniciar un éxodo. Exodo implica cambio, transformación, pero para que se de un éxodo hay ingredientes necesarios: insatisfacción por lo que se está viviendo, apertura ante lo que pueda ocurrir, valor para arrojarse a lo desconocido, esperanza para confiar en que no importa lo que pase en el camino al final algo importante aprenderemos de este recorrido, etc.
Mi preocupación es que seguimos criticando lo que hay y corremos a aferrarnos a conclusiones de alguien más cuando las verdaderas conclusiones son personales. Este libro se convierte en un texto vacío si no hay movimiento. Y el movimiento debe de ser personal. Me gusta la idea del blog, de ver lo que otras personas leen del mismo texto, y de ver cómo cada quién aterriza las cosas de diferente manera. Pero lo que más me gusta, es saberme acompañado en este movimiento. Saber que hay más personas que están insatisfechas con lo que hay, que quieren algo mejor, y que tienen el valor de opinar.
Efectivamente, el hombre ha muerto también... Pero lo único que queda son las diferencias, los contrastes. Somos relación y sólo puedo saberme yo gracias a un tú que me contraste. Así que gracias por sus aportaciones. Sigamos en este éxodo a ver a dónde nos lleva.
jueves, 10 de junio de 2010
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