domingo, 13 de junio de 2010

APORTACIÓN DE ANA LAURA JIMÉNEZ C. SOBRE EL CAPÍTULO 3.1

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

Mi aportación al capìtulo 3.1

Considero que la fe tiene que ver esencialmente con una REALIDAD HONDA: DIOS ME AMA INCONDICIONALMENTE, DIOS ES EL SUSTENTO DE TODA REALIDAD, LO MÀS HONDO DE TODA LA REALIDAD. Dice el Padre Knauer que el núcleo de la fe es SABERME AMADO POR DIOS, EXPERIMENTARME AMADO POR DIOS, INCONDICIONALMENTE, y para mí èsto es posible porque Dios nos ha hecho sus hijos, nos ha comunicado su vida, la cual la llevamos dentro, y con ella nuestra esencia se ha divinizado. Para mí este es el anuncio que me vino a dar Jesús, no porque antes de su venida esto no hubiera sido ya una realidad, sino porque como es una realidad que no captan nuestros sentidos físicos, es difícil de hacerla presente a nuestra conciencia. El sabernos amados nos libera del miedo, miedo a la muerte, miedo a nuestra limitación y sus consecuencias, miedo a lo que otros puedan dañarnos, y al liberarnos del miedo podemos dedicar nuestras energías a desarrollar nuestros potenciales para llegar a ser todo lo que podemos llegar a ser. Dice el Padre Knauer que el saberse amado es el núcleo de la fe, pero no es un saber sólo conceptual, es sobre todo un experimentarse amado y ésto sólo es posible si las relaciones de los que nos rodean son amorosas, por eso la fe para que sea creíble debe ir acompañada de la experiencia comunitaria.



Dice Leaners que la experiencia que está en el núcleo de nuestro cristianismo es un encuentro vivo y siempre nuevo con la realidad divina. Esta experiencia constituye lo esencial de la fe y es ella lo que se trata de expresar en un lenguaje teonómico dentro de la cultura de la modernidad.



Un cristiano adulto hoy se pregunta y quiere descubrir lo que el P. Lenaers llama el logos, es decir, el mensaje más profundo y enriquecedor que antes venía representado, revestido de palabras, en esos antiguos mitos cristianos. El creyente moderno quiere encontrar la riqueza que yace enterrada en ese lenguaje mítico, para hacerlo accesible al siglo XXI. Su lenguaje también va a ser mítico, ya que no se puede hablar sensatamente del milagro original sino en figuras y por tanto sólo en mitos, por lo tanto, algunas veces utilizará elementos del antiguo lenguaje mítico, pero lo hará en forma conscientemente metafórica, no pensando que está describiendo o narrando acontecimientos reales, como todavía lo hacen muchos creyentes y hasta jerarcas de la Iglesia. Pero la mayor parte de las veces, el creyente moderno debe abandonar este lenguaje y ponerse a buscar uno mejor.



Creo que hoy la evangelizaciòn debe por tanto , aparte de centrarse en el núcleo de la fe, IRRENUNCIABLE PARA TODO CRISTIANO Y TOMANDO EN CUENTA QUE TODO LO DEMAS NO SÒLO PUEDE SINO QUE DEBE CAMBIAR O DESAPARECER, debe, repito partir de un nuevo paradigma de fe, propio de nuestra cultura que está en abierto diálogo con las ciencias, en el que creo que deben estar las siguientes afirmaciones:



1. Ya no se puede pensar a Dios como un ser todopoderoso que habita en el cielo y está listo para intervenir periódicamente en la historia humana e imponer su voluntad, premiar o castigar. Además, Dios no cae bajo nuestros conceptos y por eso, la mayor parte del lenguaje teológico actual sobre Dios carece de sentido; lo cual nos lleva a buscar una nueva forma de hablar de Dios.



2. La Cristología antigua está en bancarrota, hoy hay que reentenderla y comprender sus diferentes enfoques resultado de los estudios bíblicos..



3. La Iglesia debe ser entendida precisamente a partir de esta nueva forma de hablar de Dios y de una nueva Cristología. Todo el quehacer de la Iglesia debe entenderse como aquello que nos facilite entender qué significa que Dios quiere que todo el hombre y todos los hombres se salven.



4. La historia bíblica de una creación perfecta y acabada, y la caída posterior de los seres humanos en el pecado, es mitología pre-darwiniana y un sin sentido post-darwiniano.



5. La concepción y el nacimiento virginales, entendidos literal y biológicamente, convierten a la divinidad de Cristo, tal como tradicionalmente se entiende, en imposible.



6. Los relatos de milagros del Nuevo Testamento no pueden interpretarse, en un mundo posterior a Newton, como sucesos sobrenaturales realizados por una divinidad encarnada.



7. La interpretación de la Cruz como un sacrificio ofrecido a Dios por los pecados del mundo es una idea bárbara basada en conceptos primitivos sobre Dios que deben abandonarse.



8. La resurrección y las apariciones del resucitado, la Ascensión y Pentecostés no son hechos físicos ocurridos dentro de la historia humana, pero sí reales. Estos relatos, tal y como nos fueron narrados suponen un universo concebido en tres niveles y por eso no puede mantenerse, tal cual, en una época cuyos conceptos espaciales son posteriores a Copérnico.



9. La Etica no puede fundamentarse en la Biblia. No hay una norma externa, objetiva y revelada, plasmada en una escritura o sobre tablas de piedra, cuya misión sea regir en todo tiempo nuestra conducta ética. Creer esto supondría no haber entendido ni lo que es el objetivo de la Etica ni lo que es el objetivo de la Biblia.



10. La oración no puede ser una petición dirigida a una deidad para que actúe en la historia humana como un agente externo al hombre.



11. La esperanza de una vida después de la muerte debe separarse, de una vez por todas, de una mentalidad de premio o castigo, controladora de la conducta. Por consiguiente, la Iglesia debe dejar de apoyarse en la culpa para motivar la conducta.



12. Todos los seres humanos llevan en sí la imagen de Dios y deben ser respetados por lo que cada uno es. Por consiguiente, ninguna caracterización externa, basada en la raza, la etnia, el sexo, la religión o la orientación sexual, puede usarse como base para ningún rechazo o discriminación.

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