domingo, 13 de febrero de 2011

APORTACIÒN AL CAPÌTULO IX DE ANA LAURA J IMÈNEZ C.

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

El capítulo 9 nos ha introducido más profundamente que cualquier otro del libro en lo que se ha llamado “el misterio fundante de nuestra fe”, es decir el misterio trinitario, a mí este capítulo me ha parecido apasionante, valiente y purificador de mitos que se habían venido incrustando precisamente en el corazón mismo de nuestra fe. Tuve la fortuna de estudiar aquí en México, la Teología Fundamental con el P. Peter Knauer, S. J., conocido teólogo alemán que durante 27 años fue profesor de esta materia en la Universidad Jesuita de Sankt Georgen, en Frankfurt am Main, Alemania. En el centro de la obra de este teólogo se desarrolla una ontología relacional con la que reemplaza la tradicional ontología de substancia griega. El resultado de este viraje ontológico es una novedosa teología fundamental ecuménica, que permite la reinterpretación de la fe cristiana y de su contenido dogmático. El P. Knauer define la fe como “la comunión con Dios en la comunión entre nosotros”.




Knauer cambia el presupuesto filosófico fundamental de una ontología de substancia por una ontología relacional, según la cual, LA RELACIÓN CONSTITUYE LA SUBSTANCIA DE TODO LO CREADO. El universo es, en su propia realidad, «total relación a ... / en total distinción de ...». ¿A qué somos relacionados? A una realidad que sólo puede definirse diciendo que nada podría existir sin ella. Esta realidad la llamamos «Dios». Dios es «sin quien nada existe». . Sólo hablamos verdaderamente de Dios cuando reconocemos que le debemos todo nuestro ser. Ser creado es como una relación subsistente, es decir, una relación que no se añade a un sujeto, sino que es idéntica con su sujeto y lo constituye.



Sin embargo, Knauer nos hace ver que estamos tan condicionados por la ontología griega de substancia que ingresó en el pensamiento teológico cristiano desde el siglo II, que implica mucho trabajo dejarla de lado. Esta dificultad es mayor en cuanto que el precondicionamiento filosófico suele ser inconsciente y, cuando esto es así, también suele ser incuestionable.



Para Knauer la fe consiste en el reconocimiento de que estamos acogidos en el amor de Dios, su centro consiste en que Dios se nos da a sí mismo. Su punto de partida es el encuentro con el anuncio cristiano. Este anuncio pide que se le escuche y que se le preste atención porque reclama poder liberar al ser humano del poder de aquella angustia que es la causa de todo mal en el mundo. El comprender la creación como algo totalmente referido a Dios pero totalmente diferente de, nos lleva a una ontología desacostumbrada pero indispensable par entender hoy el anuncio cristiano., no solo hay relaciones accidentes que se agreguen a su sujeto, sino que la REALIDAD CREADA ES, ELLA MISMA, UNA RELACIÓN que constituye el ser del sujeto.



El anuncio cristiano pretende ser palabra de Dios y así, relación de Dios con nosotros, esta relación consiste en que desde el principio estamos adentrados en un amor eterno de Dios. Para dar a entender nuestra comunión con Dios, el anuncio cristiano habla de la trinidad de Dios. Dice que el único Dios existe como tres modos de autopresencia diferentes entre sí y diversamente mediadas entre sí, tres modos de relacionarse Dios consigo mismo. La interrelación de estos tres modos de autopresencia de Dios, que llamamos personas, puede describirse así: el Padre es sin origen, una autopresencia originaria de la única realidad de Dios, el Hijo recibe todo lo que es o tiene del Padre y es también autopresencia de la única realidad de Dios, autopresencia que supone la primera, y . el Espíritu Santo que es el amor eterno y mutuo entre el >Padre y el Hijo es una tercera autopresencia de la única realidad e Dios, esta tercera presupone la del Padre y la del Hijo. Porque somos persona, es decir porque somos capacidad de autopresencia, de hacernos presentes a nosotros mismos, de relacionarnos con nosotros mismos, apuntamos también hacia Dios desde esa capacidad.



Hablamos de la trinidad de Dios, siempre en forma analógica, “totalmente relacionada a pero totalmente diferente de …”, para poder decir que el mundo, DESDE EL PRIMER MOMENTO DE SU EXISTENCIA, HA SIDO CREADO AL INTERIOR DEL AMOR DEL PADRE AL HIJO, el amor de Dios al mundo es EL AMOR ETERNO DEL PADRE AL HIJO Y NO DEPENDE DE CONDICIONES CREADAS. Precisamente por eso es confiable. El Padre, en nuestra oración, escucha a su propio Hijo. Orar en el nombre de Jesús significa responder a la palabra de Dios, dirigirse a Dios como a aquel de quien sabemos que su amor nos envuelve. La trinidad de Dios se llama un “misterio de fe” en el sentido de que no puede desprenderse del mundo, El mundo por tanto, no es la medida del amor de Dios al mundo, y por eso, este amor tampoco puede ser medido a partir del mundo. El hecho de que estemos adentrados en el amor del Padre al Hijo, que es el Espíritu Santo, necesita ser “AGREGADO” a nuestro mundo, y la verdad de esta palabra sólo puede ser reconocida en la fe, de la que dice el anuncio cristiano que es estar lleno del Espíritu Santo. Por todo lo anterior, el concepto del misterio de fe no tiene nada que ver con dificultades lógicas o contradicciones. Para hablar del misterio de la fe y su desdoblamiento en una serie de dogmas, nos apoyamos en una palabra que quiere darnos certeza interior. Por esto mismo es imposible que un misterio de fe sea algo incomprensible.



EN LA FE SE TRATA DE QUE HEMOS SIDO CREADOS AL INTERIOR DEL AMOR DE DIOS A DIOS, esto significa que algo creado no puede ser la medida del amor de Dios, por consiguiente, no podemos hacer nada para alcanzarlo y tampoco podemos hacer nada para evitarlo, tampoco nuestro bienestar es su medida.



De todo lo anterior yo deduzco que mi Dios es relacional, que se relaciona consigo mismo, que yo soy porque estoy relacionada a él, que El quiere que yo me relacione con él en forma consciente y que me invita a relacionarme con mis hermanos para descubrir quién soy y quién es El pero en forma experiencial.

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