martes, 16 de febrero de 2010

PARTIPACIÓN DE BEATRIZ ALANÍS DE SÁMANO

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

APORTACIÓN DE BEATRIZ ALANÍS DE SÁMANO

PARA LA SESIÓN 00B

A PROPÓSITO DE CREENCIAS “INFUMABLES”


Puedo aportar las ideas o preguntas que me he cuestionado mucho:

1. ¿Qué significa que la virgen nació sin pecado original?
2. ¿Qué significa que todos nacimos con pecado original?
3. ¿No somos nosotros, como Jesús, engendrados y con la misma naturaleza del Padre?, ¿Por qué Jesús no es también creado por el Padre?
4. ¿En qué radica la principal diferencia entre Jesús y nosotros?
5. ¿No nos encarnamos todos por obra del Espíritu Santo?
6. ¿Qué significa que Jesús está sentado a la derecha del Padre?
7. ¿Cómo es que Jesús juzgará a vivos y muertos?
8. ¿El decirle al Padre: "perdónanos como nostoros perdonamos a los que nos ofenden" no es como pedirle que condicione su gran amor a nuestras porpias limitaciones?
9. ¿Qué significa que María ascendió a los cielos?
10. ¿Será que los preferidos de Jesús son los pobres y que por ellos vino al mundo, o es que prefiere al ser humano en general y vino por todos?
16. ¿Qué significa ser pobre?, ¿Es malo tener responsabilidades de administrar grandes cantidades de dinero?
17. ¿Hasta qué punto es bueno negarse a uno mismo?, ¿De qué manera esto puede ser positivo y no caer en autodestrucción?
18. ¿Existen los milagros?, ¿Qué son en realidad?, ¿Cómo asegurarse de que si existen son parte del mensaje de Dios para nosotros?
19. ¿Podemos todos ser santos?, ¿Qué significa ser santo?, ¿Qué pasa si la Iglesia no reconoce que hayamos vivido en santidad?
20. ¿La Iglesia tiene el poder de excomulgar?, ¿Qué pasa si a alguien lo excomulgan?, ¿Afecta esto en el plano espiritual?, ¿De qué manera?

1 comentario:

  1. Excelentes preguntas Beatriz, sin duda. Muchas de ellas me las he hecho yo misma. Sin embargo, las preguntas que más me hago hoy en día tienen que ver con la forma como los representantes de la iglesia aprovechan el púlpito, la homilía y los medios publicitarios para contaminar cerebros, y me hacen salir de misa con ganas de meterme a la sacristía detrás del padre para preguntarle: ¿por qué su homilía se centra en la guerra y continúa hablando de que Yahvé nos protege para que matemos a nuestros semejantes? Sí, entiendo, a lo mejor era el tema de la lectura del Antiguo Testamento o quizá del Salmo, ¿pero que Jesús no vino a cambiar el Status Quo, a enseñarnos que lo que tenemos que aprender es a amar a Dios y amar a los demás como a nosotros mismos? ¿No es hora de que se proclame desde el púlpito que el amor sí puede cambiar personas y naciones, y de que se hable de ello en el contexto de lo que se vive en el país y población de cada parroquia?
    También me inquieta el que se utilice el púlpito para politizar, como por ejemplo, en el día de la familia y tantos otros, en que típicamente los sacerdotes se dedican a hablar en contra del matrimonio gay. Me dan ganas de interpelar al sacerdote: ¿en qué autoridad se basa usted para insistir en el binario hombre-mujer?, ¿en la Biblia? ¿quién erigió en expertos a los sacerdotes? ¿el Vaticano? Y la información médica y evidencial sobre lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT): ¿hay que seguir no sólo ignorando su existencia, sino además condenándolos? Benedicto XVI con su teoría de que no hay pederastas en la iglesia católica, sino homosexuales atraídos por adolescentes, es decir efebófilos, ha decidido que para resolver el abuso de menores en el futuro, la iglesia no permitirá el ingreso de homosexuales al seminario, y con esto, a mi modo de ver, emite un juicio muy fuerte y comete una gran injusticia en contra de los LGBT y los gay en particular. En vez de esparcir el mensaje de Jesús, los sacerdotes utilizan el púlpito para transmitir estos juicios injustos, condenando e invitando a los demás a que condenen.
    En fin, quiero decir que mis preguntas más fuertes en este momento son en torno a la pérdida de oportunidades de los representantes de la iglesia de integrar las enseñanzas de Jesús con los aconteceres del día a día de la vida moderna, y su constante elección de hacer política, menospreciando a los no cristianos y a todos aquellos que no se conforman a pie juntillas al catecismo de la iglesia.

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