lunes, 9 de mayo de 2011

PARTICIPACIÓN DE MA. DE LOURDES JIMÉNEZ CODINACH SOBRE EL CAPÍTULO 13

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

Comentarios de Ma. de Lourdes Jimenez Codinach al Capitulo 13, El mundo de los signos, del libro Otro Cristianismo es posible del P. Leaners:

Con mucha sencillez y claridad este lindo capitulo del Libro del P. Leaners, vino a poner en orden mis ideas un poco, o un mucho, confusas y contradictorias, en relación con la vida de la gracia que actua y vive en mi a través de los sacramentos y del ritual externo. Por un lado tenia yo una idea muy heterónoma de los sacramentos, como medios o instrumentos a través de los cuales los hombres recibimos la gracia y el alimento que el Señor nos tiene reservado para ofrecernos en los momentos claves de nuestras vidas, y que nos permitirán conducirnos rectamente durante nuestra existencia para enfrentar las penas, la tristeza, la duda, el miedo el dolor y la sensación de abandono que luego vivimos, pues al practicarlos (llámese bautismo, confirmación, primera comunión, matrimonio o extrema unción), recibimos a cambio la gracia y los dones y el alimento espiritual que tanto necesita nuestra alma para sentirnos hijos muy amados de Dios. Por otro lado, quizás con un sentido mas de intuición, que de reflexión, que esos dones o alimento espiritual siempre nos acompaña, que nos son dados, los hayamos o no pedido e invocado, pues el Señor siempre está en nosotros y nosotros en el, pero que es mejor practicarlos que ignorarlos pues mayor será nuestra gracia y bendición. Hoy me queda muy claro que ese alimento espiritual y don gratuito que es la gracia que nos abre el Sacramento, Dios la tiene y la da y comparte con todos los seres creados, seamos o no bautizados, creamos o no en su existencia, celebremos o no el sacramento, pues nos son dados sin necesidad de tener que ser invocados o requeridos, pues esa gracia ya obra y actúa en mi, aunque yo no lo sepa o presienta. Que nunca estamos solos, ni abandonados, que Dios está en nosotros y nos acompaña siempre, solo que como ser humano que somos requerimos muchas veces del lenguaje del rito, del culto, de la imagen y la representación para expresar nuestra necesidad de una presencia más plena e intensa del Señor. El practicar ( o no practicar) los sacramentos nos confirma y trae a luz nuestra relación inseparable con el Señor, y nos indica, que si bien Jesus es el camino y la vida, no es el único camino que lleva al Padre, que hay otros mas, igual de validos y plenos que nos acercan y llevan al Señor. el camino de Jesus, es sin embargo siempre seguro y sin lugar a desviación.





Pensar que el sacramento me va a abrir al mundo de la gracia, hoy me parece ingenuo, sin embargo todavía hace medio mes, pensé que no era conveniente que mi nieta entonces de 5 meses, post-pusiera su bautismo. E igual, me angustia y preocupa, cuando mis hijos no se han confirmado, o no vamos a misa o al confesionario con la regularidad requerida. La razón? Quizas por que pesa en mi el concepto heterónomo del sacramento, es decir como fórmula o ritual externo, que al ser debidamente practicado y realizado, ello me podrá abrir la complacencia divina para abrir su generosidad hacia mi, y por el contrario, el olvido o practica inadecuada del sacramento, tendrá el efecto de limitar el flujo de la gracia. Nada más lejano como bien lo aclara Leaners en este capitulo, de esta visión heterononomista de la gracia y el sacramento. No es que Dios haya instituido el sacramento, para por su medio enviarme la gracia. sino que es el hombre, soy yo, la que ha creado el ritual y la formula, como medio externo de materializar y estrechar mi cercania con Dios. El sacramento como dice Leaners, no es algo inventado desde arriba para canalizar la gracia que Dios tiene reservada para mi, sino algo creado y desarrollado desde abajo por el hombre, para mejor expresar y satisfacer la necesidad que tiene el hombre de saberse en comunicación y comunión con su Dios, aun cuando como bien expresa Leaners, la criatura siempre tiene a Dios presente, vivo y actuante en el hombre, con un amor y una misericordia que no tiene medida, que es incalculable y no tiene limite u horizonte, y que somos discípulos y seguidores de Jesus, aun cuando no lo sepamos, sigamos o conozcamos, pues somos criaturas de Dios, hechas a su imagen y semejanza, llenas de su amor infinito e inmerecido que simplemente se nos da. y por eso entiendo cuando dice Leaners, que los sacramentos son útiles y provechosos para que el hombre realice o sienta que entra en una comunicación mayor y más plena con Dios, pero que no son indispensables, o necesariamente requeridos para estar en su amor y protección, para alcanzar la salvación que no es más que la vida plena en el y con el, o con ese ser que no es más que misericordia sin medida y amor sin limites que vive y actúa siempre en nosotros, que nos acompaña siempre aunque no lo sepamos, queramos o sintamos.

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