jueves, 7 de abril de 2011

A PROPÒSITO DEL CAPÌTULO XII APORTACIÒN DE MA. DE LOURDES JIMÈNEZ C.

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)


Comentarios de Maria de Lourdes Jimenez al

Capitulo 12 " Pan Integral en vez de chocolatinas"

del libro Otro Cristianismo es Posible del P. Leaners.



Es un capitulo muy fuerte de digerir, asimilar, y mas aun de comentar. A mi me ha llevado dias de reflexion, enojo, tristeza y finalmente, preocupacion en como voy a responder, sobre todo porque quizas lo que diga parezca ingenuo, y sobre todo retrogrado a los ojos de una concepcion teonomica como la que dice tener el P. Leaners, Pero lo que voy a decir, es el producto de una larga y dificil reflexion, y es lo que mi fe como Cristiana, me dice que debo esperar de la leccion de vida, que nos dejó Jesus de Nazaret con su paso por el mundo, con su pasión, muerte y resurrección: Y esa leccion como vimos en el capitulo anterior es que Jesus vive y vivirá por siempre, y que nosotros al finalizar nuestra vida en esta tierra, y al dejar el cuerpo fisico para que se reintegre a la tierra, viviremos tambien para siempre en el amor sin medida de nuestro Señor Jesucristo, viviremos como el en cuerpo glorioso y con nuestra identidad individual, tal y como el vive, y gozaremos de su presencia por toda una eternidad.



Asi lo prometio Jesus al ladrón que junto a su cruz agonizaba y perdia su vida en esta tierra, Asi se lo confirmo y lo consoló ante el final doloroso al que se enfrentaba, asegurándole que ese mismo día estaría con el en el Paraíso, y por lo mismo, no sería su esencia genérica e indefinida que se reintegraría a una energía universal, si no el mismo, en su individualidad y en su particularidad de ser humano el que estaria con Jesus en el Paraiso. Por lo anterior, mi fe si espera la vida eterna después de la vida fisica como promesa de nuestro Señor Jesucristo, y la espero con la certeza de que en esa vida, me reintegraré al amor infinito del Señor en mi propia identidad y con un cuerpo glorioso, donde además me reuniré con mis seres queridos que se han adelantado, pero que me aguardan para recibirme en mi brinco a los brazos del Señor.



La esperanza en el otro mundo que me aguarda, no es sin embargo, esperando que me encuentre a un juicio sobre el mal o el bien cometido, sino que creo firmemente, que somos pecadores previamente perdonados por el Señor, por lo que me aguarda, y le aguarda a todo el que deje este mundo, una vida plena en el amor infinito y misericordioso del Dios Trino.





La explicación que ofrece y en la que cree la modernidad, de que los procesos bioquimicos son los que generan el pensamiento y la conciencia, por lo que al dejar de vivir el cuerpo, se acaba todo y ya no existe vida intelectual o mental que subsista a la materia, es una explicación racional que no nos deja satisfechos para explicar fenomenos y vivencias que solo la fe otorga y por tanto, que no puede explicar la razon. Por eso es que esta explicacion de los procesos bioquimicos no puede ser aceptable para ninguna persona religiosa que crea y espere la vida eterna junto a Dios. Ya dijimos antes que en materia de fe y creencia religiosa, la razón no puede aportar la certeza que solo la vivencia y experiencia de Dios y de lo nouméniico puede aportar.



Por eso tampoco es satisfactorio para mi la interpretación que nos da Leaners a esta encrucijada entre la razón y la fe, que niega por un lado la vida después de la vida y por el otro, sostiene la subsistencia pero no como individualidad espiritual, sino como un todo genérico del que formamos parte y al que habremos de regresar cuando dejemos este cuerpo material que nos envuelve. No puedo entender esta posicion intermedia o "de reconciliación entre modernidad y tradición" que adopta Leaners, pues para mi siguen siendo una interpretación que él extrae de lo que la razón no le puede aportar una respuesta, y que el, según su convicción muy particular, interpreta, que regresamos al regazo del Señor pero solo como esencia genérica, como parte de un todo que es la humanidad, y que en esa indefinición y ausencia de limites que impone la individualidad, es que nos re-incorporamos al todo que es Dios, dejando atrás el ego o individualidad que nos identifico en la vida física.



Para mi esta interpretación intermedia de Leaners, me merece respeto, pero no la comparto. El la basa en su propia convicción de lo que es esa dimensión divina, que el Evangelio llama cielo o paraíso, como tan valida es mi fe y creencia en un mas allá que es el universo de Dios al que habremos de integrarnos al morir a este mundo y a este cuerpo físico, solo que ahora ese regreso lo haremos con nuestra forma individual de persona con un cuerpo glorioso y alma espiritual que habrá de sumar a la asamblea de todos los santos que ya participan de esa dimensión divina, para "ocupar el lugar que nos ha sido prometido en el paraíso que es Dios" Esta es mi fe y mi esperanza de vida eterna en comunión con el Dios Trino y con toda la asamblea de los hijos de Dios.

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