"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)
COMUNION
El reflexionar sobre el Sacramento de la Eucaristía, me ha dado la oportunidad de profundizar en la esencia del mismo.
La Fe, antes de vivirla, debemos comprenderla, sobre todo hoy día, que la humanidad está despertando a nuevas formas de misticismo, lo cual , nos lleva a comprender como Dios nos habla de diferentes maneras.
Jesús , en la última cena, sabiendo que su muerte estaba próxima, nos deja un Mensaje de Vida, toma el Pan como símbolo de alimento , se hace El para nosotros Pan de Vida. El alimento espiritual que sus discípulos recibieron, y que a partir de ese momento Jesús, nos invita a vivir con la conciencia de que Su Espíritu permanece en nosotros, dándonos la fuerza y la luz que necesitamos en nuestro camino, esa fuerza liberadora que nos invita a vivir en un mundo de paz y amor.
Toda la vida de Jesús, nos despierta al gran Amor que Dios siente por nosotros, y Jesús nos hace llegar este mensaje sus palabras, con sus actitudes y la forma en la que va reaccionando en cada una de las situaciones que se le presentan, su pensar, su sentir y su actuar en total coherencia con su Mensaje, lleno de alegría de optimismo, de vida…en ningún momento, quiere sacrificios para expiar nuestras culpas, tampoco como hoy se celebra el culto de la Eucaristía como sacrificio, cuando la misma palabra significa “Acción de gracias”.
Me imagino la postura de humildad de sus discípulos ante su Maestro, la escena en que Jesús les lava los pies, esta costumbre que se reservaba para los grandes señores.
El Hijo de Dios, nos lava los pies, para enseñarnos, el valor del servicio, el valor de darse a los demás. Recordar la última cena, no es recordar su Muerte, es despertar a la Vida Verdadera, al deseo de asemejarnos a El, y ser alimento para los demás, es el don de sí mismo, hacia la misión encomendada: SER EL CAMINO DE LIBERACION Y SALVACION PARA LA HUMANIDAD.
JESUS…. YO SOY EL CAMINO LA VERDAD Y LA VIDA
Ser sus seguidores no es fácil, ni en aquel entonces ni en el ahora, quizá tengamos que pararnos ante las autoridades para dar testimonio de lo que creemos, son tiempos de Fe. Son tiempos de cambio, de reflexión y vida.
Cada momento, en el que vivo la celebración eucarística experimento un momento de profunda reflexión y conexión con Jesús-Son momentos tan místicos y sagrados, que me fortalecen y me llenan de paz y de alegría.
La comunión con la que Dios nos llama, no es solamente es para estos momentos los domingos, ni tampoco está dirigida a unos cuantos privilegiados que se acercan a recibir la hostia, Dios nos llama a todos por igual. Por esta razón, no estoy de acuerdo, el que la jerarquía católica niegue la comunión o bien no permita recibirla a quienes nos cumplan con sus preceptos, me parece, que no es congruente con el mensaje de Jesús, que nos llama a reconocer en el Pan Eucarístico a Jesús, y a sentirnos atraídos hacia su Mensaje y su Vida.
Su Presencia real en la comunidad nos recuerda la COMUNION como Pueblo de Dios unidos por El mismo Espíritu de Amor. Como dice San Pablo somos el Cuerpo Místico de Cristo, donde El es la cabeza, y todos formamos su Cuerpo.
Es triste ver ,como muchos han dejado de asistir a la celebraciones los domingos, ojalá pudiéramos recordar a las primeras comunidades, en donde el significado profundo de compartir el pan y el vino, era recordar de una manera viva y presente el mensaje y el corazón de Jesús.
Como los sarmientos que sólo existen porque la Vid, les da la vida¡
El Padre LENAERS dice que para muchos cristianos el culto central es la Eucaristía, creo que es el momento en que todos nos unimos con el corazón de Cristo ,y al igual que sus apóstoles en ese último adiós, saber que nada ni nadie puede separarnos de Su AMOR.
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