martes, 11 de enero de 2011

APORTACIÒN DE ELISA ZEEVAERT SOBRE EL CAPÌTULO VIII

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

El Sueño de Jesús.


Este capítulo 8, lo he leído varias veces,. porque en un inicio me resultaba difícil desprenderme de algunos conceptos, que más que profundizar en el mensaje de Jesús, venían a adornar y cubrir bellamente el mensaje de salvación, siendo que el cristianismo se desarrolla dentro de esta cultura, forma parte de su manera de percibir el mensaje que hoy nos resulta tan ajeno a la realidad.

Pero la verdadera esencia del mensaje de Jesús, su misión, por la que El dio la vida, fue mucho más allá de todo lo que ha prevalecido hasta nuestro tiempo, y que por quedarnos contemplando la cobertura, perdimos la verdadera esencia del lenguaje.

¿Cuál es y será siempre el sueño de Jesús, que el mismo Dios, escribió en su corazón?

Dios interpela al hombre en cada momento de su historia, es un Dios cercano, que quiere tener comunicación constante con el hombre, la experiencia de Dios nos transforma no sólo en forma individual, sino también comunitaria.

Jesucristo, el Enviado de Dios, el Mesías, el Ungido, el Hijo del hombre, tiene un mensaje, la llama la Buena Nueva, y especifica que el Reino ya está Aquí, DIOS está ya con nosotros, su presencia es parte de nuestra realidad, pero si no le abrimos la puerta no podemos vivir con El esta experiencia transformadora, y esta experiencia que vivieron sus seguidores, los apóstoles y las primeras comunidades de cristianos, fueron muy profundas, se dio una verdadera conversión de vida, nos cuentan los escritos de cómo vivían en forma fraternal, y el amor y la paz, reinaba entre ellos.

Jesús anunciaba la plenitud del hombre, pues al hacerlo nos une, nos acerca a nuestro Creador, que vive en forma latente en nosotros, como una semilla divina que tenemos que alimentar para que crezca y florezca, así es nuestra Fe. Somos seres en relación, crecemos y nos desarrollamos durante la convivencia con los demás.

Su mensaje es la fuerza del Espíritu de Dios que nos llama a realizarnos y llevar a cabo el sueño de Jesús, esa sociedad fraterna de amor y paz, en nuestras familias, en nuestras comunidades donde, todos somos iguales, no hay distinción ni de razas, ni condiciones,,… sólo la confianza en Aquel que nos fortaleze.! Es en comunidad en donde aprendemos a vernos como somos, a descubrir nuestras debilidades, nuestras flaquezas, la manera que inconscientemente nos afectamos, sólo cuando seamos capaces de ver a Dios en nuestro hermano de perdonarnos, de ponernos los zapatos del hermano caído….. podremos iniciar el camino del Amor.

Siento que la esencia de la Misión. De Jesús, su Visión de este mundo fraterno, es un objetivo de ayer, pero también de Hoy y será de mañana, en cuanto, soltemos lo que no es importante, tantos mitos que sólo nos alejaron de la Verdad Fundamental, la BUENA NUEVA : DIOS SIEMPRE CON NOSOTROS, Y para ello debemos concentrarnos en vivir la experiencia de sentir a Dios, percibirlo en Todo y en Todos,

Dejando de etiquetar, de marginar de juzgar, porque solo El es el Camino la Verdad y la Vida-

DIOS PARA EL HOMBRE EL HOMBRE PARA DIOS.

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