CAPÍTULO XVIII: ORACION
El estar en la búsqueda de una Fe Adulta, me lleva a plantearme también la relación que sostengo con Dios.
Es verdad que de niña, esa imagen de Dios Paternal, Protector, Poderoso, al cual, recurría cada vez que la vida me encaraba con retos, sintiéndome pequeñita , incapaz ¡ Hoy, esa percepción es distinta, porque encuentro a un Dios que ama, mucho más de todo lo que mi mente pueda comprender, un Dios que me conoce a fondo, que conoce mis necesidades, que está en espera que yo lo encuentre. ¡Qué sentido tiene el de pedir?
Oración, se ha manifestado como una experiencia humana, en todas las religiones, orar, es conectarse con nuestro Ser Superior, es encontrar el refugio de silencio y paz, que descubrimos en nuestro interior.
Sin embargo, al reconocer nuestra pequeñez, pedimos todo lo que a nuestra manera de percibir carecemos, pensamos en satisfactores de nuestras necesidades, más que en la acción misma, pues es la oración la que permite a Dios penetrar en nuestro ser colmándonos de su Energía Sanadora.
Dios nos crea para crecer hacia la plenitud, y ser Uno con El. En nuestro interior, hay una necesidad imperiosa, que nos atrae hacia el Misterio Divino, y en el momento en que nos abrimos, y nos vaciamos de nuestro yo, (ego) reconociendo nuestra impotencia y pequeñez ante el CREADOR, es entonces cuando El puede llenarnos con su Espíritu Divino.
Jesús en Lc.11.13 dice “Dios va a dar su Espíritu a quien se lo pida”.
¿Puede la oración cambiar el rumbo de los acontecimientos? Si puede, pero tiene que venir, del fondo de nuestro ser, el deseo de creer, ésto no es fácil, muchas veces pedimos únicamente con el pensamiento, sin realmente sentir el fuego interno de la Fe, en lo que estamos pidiendo,. Jesús al hacer una curación, siempre les decía:”Tu Fe te ha salvado”. La Fe es energía, es vida que penetra en todo el ser y produce la sanación. Como en Lourdes y Medujorge que se dan las curaciones en un clima de Fe y una energía colectiva muy fuerte.
Sabemos que el ser humano, vive un proceso de crecimiento y desarrollo, y que se manifiesta en esos momentos de insatisfacción, donde se da cuenta de su carencia física, emocional, espiritual, y con el deseo de liberarnos del dolor y miseria, que nos produce ese estado, buscamos satisfactores, estados de conciencia de paz y armonía- Esta búsqueda de plenitud, sólo se va a dar cuando estemos unidos a Dios, cuando seamos uno con El.
En este capítulo Lenaers, nos hace ver que no somos conscientes de esa Necesidad Profunda que tenemos de Dios, y que todos esos estados de insatisfacción y búsqueda de satisfactores, es parte de descubrir que lo único que necesitamos es el AMOR INCONDICIONAL DE DIOS, Y cuando lo encontremos estaremos en la plenitud de nuestro ser.
ORACION POR OTRAS PERSONAS.
EL Universo está unido, todas las realidades están vinculadas, nosotros somos energía, en el momento que nuestras vibraciones se mueven hay movimiento en todo el cosmos, el estado dinámico es lo que nos caracteriza a todos como seres vivientes. Cuando nuestras peticiones se concretan en ese pensamiento positivo , abrimos un torrente de energía creadora.
Somos conductores de energía, en la medida en que nos abrimos y conectamos con Dios, esa energía sanadora armoniza nuestro ser. Pero tenemos que considerar, que muchas veces, hay pensamientos, bloqueos, que evitan que llegue la luz y penetre a todo nuestro ser.
En la tradición católica encontramos los intercesores, que son como mediadores, ante la idea de que nuestra oración no fuera escuchada quizá en el caso, de sentirse culpable, o también de identificación con el mediador, para muchos la Virgen María, constituye este papel de
Dios es el Amor Original, que penetra con su Espíritu el Universo entero, y que trata de manifestarse plenamente en cada ser.
Por último, el autor manifiesta, su preocupación de cómo la Jerarquía eclesiástica ha calificado al “Santo por su alta espiritualidad y signo de vida de admiración.” Sin embargo muchas personas no han sido canonizadas, y sin embargo su ejemplo de vida, ha dejado gran huella en la humanidad, y considero que más que ponerles un altar, y adorarles, reflexionar en aquellos logros que nos pueden dar luz en nuestro propio proceso de humanización. En la historia de la humanidad, hay muchas personas que no perteneciendo a la religión católica, han dado tenido vidas ejemplares, de las cuales podemos aprender mucho y lograr vivir de tal manera que podamos dejar un legado para las generaciones futuras. DE GOTITAS ESTA FORMADO EL OCEANO.
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