viernes, 16 de septiembre de 2011

APOARTACIÓN DE ELISA ZEEVAERT AL CAP. 16

"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)

EL CAMINO DE LA CURACION INTERIOR


Quisiera empezar recordando a Juan el Bautista, este profeta que inicia su predicación rompiendo con el sistema de los ritos de purificación y perdón que se tenían en el pueblo judío- Sabe que su misión es preparar el camino a Dios, su objetivo era buscar la conversión radical del pueblo de Israel, llamaba al arrepentimiento y al compromiso con un cambio radical.

Cuando Jesús llega, les anuncia la Buena Noticia, de que Dios le ha dado el Don de la Salvación, en ningún momento es un moralista, no habla de castigos ,sólo de la vida y del Amor de Dios por todos nosotros, su opción fundamental, la hace por los pobres, los rechazados, los enfermos, y hasta agrega en su mensaje, que El no ha venido por los sanos, sino por los pecadores, enfermos, necesitados de Dios.

Sin embargo, el sacramento de la confesión lleva en sus raíces, el enfoque de miedo y temor ante la Ira de Dios. La conciencia de sentirse alejado del Amor de Dios, es lo que en un momento, debiera llevarnos a cambiar, a la búsqueda de esa paz y armonía interior.

La persona humana tiene un proceso de crecimiento y desarrollo, dentro de la trayectoria de su vida, toma decisiones, unas buenas , otras no tan positivas, pero todas ellas forman parte de su aprendizaje, y muchas veces, solamente cuando caemos en lo más abajo, cuando el hijo pródigo se da cuenta, de lo que había perdido, empezando por la lejanía de su padre y hermano, decidió regresar a casa…..en palabras, actuales le llaman “ tocar fondo”, cuando alguien se enfrenta a su realidad, cuando abre la mente y el corazón, y reconoce el mal que ha estado haciéndose así mismo, y a todas las personas que ama…Este momento, es lo le llamamos contrición, es reconocer la pérdida y sentir el dolor en el alma.

Reconocer nuestra naturaleza humana, débil y frágil, sujeta a todos los vaivenes de la vida, pero a su vez reconocer que Dios nunca nos abandona, y que en aquellos momentos sombríos, El está presente, fortaleciéndonos y enseñándonos el camino de salida.

Sin embargo, muchas veces, nos cuesta trabajo reconocer Su Voluntad y romper las capas de orgullo y soberbia, que no nos dejan ver, y sentir Esa Mano Amorosa de nuestro Creador.

Hoy día, se habla de que se está perdiendo la “conciencia de pecado” porque los creyentes católicos ya no asisten a confesarse, seguramente serán las mismas razones por las que ya no asisten a misa, porque la forma establecida, ya no llena el anhelo de sentir ese auténtico deseo de un cambio existencial.

Hay grupos de crecimiento, que trabajan con el deseo de apoyarse en la búsqueda de una forma más sana de relacionarse, donde se trabajan sobre las limitaciones y su utilizan herramientas, experiencias y principios, para que cada uno en forma personal y con ayuda de Dios encuentre una vida más plena. No hay juicios ni consejos, sólo el deseo de vivir la vida con Armonía Interior.

Jesús sanaba desde la profundidad del ser humano, cuando éste reconocía su condición de impotencia y la necesidad de ser salvado por El, como nos dice el Padre Lenaers:”

PROCESO INTERIOR OPERADO POR DIOS EN LA RENOVACION DEL SER HUMANO”.

¡¿Cuántas veces tenemos que caer? para darnos cuenta, que solo El es el Camino la Verdad y la Vida.¡ Muchas, porque cada vez, que tengo que levantarme, me doy cuenta, que mi carga es más ligera, hasta que llegue a El sin nada más que mi corazón lleno de amor, y mis manos vacías abiertas, para recibir Todo de El.

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