"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)
CAPÍTULO XVII: SACRIFICIO Y MORTIFICACION
Este tema, me ha dado mucho en qué pensar, por todo el marco cultural en el que crecí, donde el sacrificio venía a ser parte de la vida del cristiano.
No sólo se vivía en la liturgia y que aún se siguen manejando conceptos como el sacrificio de la misa, sino también en la vida de pareja, en la sumisión de esposa, de madre, el cargar con la cruz, con la culpa de no ser lo suficientemente buena abnegada, paciente….Porque de acuerdo al sufrimiento vivido con amor, se tendría la recompensa del cielo.
El masoquismo de aguantar lo inaguantable, todo porque Dios así lo había mandado..
Sin embargo, se puede ver el otro lado de la renuncia, del sacrificio, por un bien mayor.
San Ignacio, es sus ejercicios espirituales, cuando nos habla del Principio y Fundamento del ser humano ante el Plan de Dios, nos dice : el hombre debe verse a sí mismo, al mundo y todas las cosas con los ojos, sentimientos y deseos de Dios. Por lo tanto, debe usar todas las cosas en cuanto le ayuden para su fin, y debe apartarse de ellos en cuanto se lo impidan. Es necesario hacernos indiferentes, ante todo lo creado, y de tal manera que no se busque:
-Más salud que enfermedad
-Riqueza que pobreza
-Honor que deshonor.
- Vida larga que corta.
Solamente deseando y eligiendo lo que más nos conduce al fin, para el que hemos sido creados.
La indiferencia es la libertad interior, que nos permite tomar distancia, muchas veces, tenemos que quitar los apegos , cadenas y aficiones desordenadas, para integrarlos y realizarlos en una meta que nos permita ser sinceros con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea. La creación es un acontecimiento salvífico, y todo está orientado a través de Cristo para llegar a su plenitud.
El dolor, también se vive en forma distinta, hoy día ya no se soporta ni el mínimo dolor. Nos movemos por la ley del menor esfuerzo, las comodidades, la búsqueda del placer..esta situación nos vuelve también vulnerables, cuando nos llega un dolor que no sabemos cómo enfrentarlo.
DIOS, no desea el sufrimiento ni la mortificación de los seres, nos ha hecho para la vida, sin embargo, cuando aceptamos el dolor, éste nos lleva a lograr fines superiores. Sólo cuando perdemos algo, consideramos lo que es verdaderamente valioso¡
En el budismo, como filosofía de vida ,nos enseña a no buscar el goce, ni tampoco el sufrimiento, sino sólo lo que nos conduce al objetivo propuesto, y rechazar todo aquello que impida alcanzarlo.
OPCION POR EL BIEN MAYOR
Ascética.—El asceta de la cultura actual, se refiere a aquél, que no se da ningún gusto y que controla sus impulsos para no apartarse de los caminos de Dios. La palabra askesis: viene del griego que quiere decir ejercicio.
Trabajar para ejercitar la libertad interior y la sabiduría , agradeciendo a Dios tanto las alegrías como las penas, sin aferrarnos, con una actitud de receptividad, porque todos los bienes son medios para ayudarnos a crecer y lograr niveles superiores de bienestar.
Hoy en día, los jóvenes se ejercitan corriendo tramos de 20 km a 40 km, me pregunto, como pueden resistir tanto agotamiento, dolor físico etc, muchos de ellos, participando de sus experiencias, al correr la mente se enfoca con niveles de conciencia superiores, donde se encuentra el silencio y las posibilidades del ser y trascienden todo dolor físico, hasta completar la carrera.
Para terminar, me gustaría enumerar la frase del autor: El sufrimiento debe ser visto con coherencia con Dios , con el cuadro mental, de que todo lo que nos pasa es para el bien de los que aman a Dios ,descubriendo esa perla escondida que nos lleva al discernimiento de distinguir y valorar,el camino que nos lleva al encuentro con Jesús
DESDE EL PRINCIPIO SOY OBJETO DEL PENSAMIENTO Y DEL CUIDADO DE DIOS, DEPENDO DE EL, COMO OBRA SUYA. ENTRE DIOS Y YO EXISTE UNA RELACION PERSONAL Y PROFUNDA: YO SOY TAMBIEN SU HIJO.
¿Qué padre no desea que su hijo sea feliz, y crezca sabiendóse amado por todo y por todos?
Quisiera hacerles llegar esta conclusión sobre las convicciones de vida :
SOY UNA PERSONA LIBRE ORIENTADA A CRISTO DESDE EL PRINCIPIO.
CON UNA FINALIDAD QUE PUEDO ACEPTAR O RECHAZAR Y ASI CUMPLIRME O NO CUMPLIRME REALIZARME O FRUSTRARME-
ESTOY RODEADO DE PERSONAS Y COSAS, YO MISMO FORMO PARTE DE UN TODO. TODO TIENE PÓR OBJETO AYUDARME A MI Y TODO EL MUNDO QUE ME RODEA, A SU REALIZACION PLENA.
POR LO TANTO DEBO TENER ESTIMAR Y USAR LAS COSAS EN FUNCION DEL FIN.
PARA ESO ES NECESARIO SER LIBRE ANTE LAS SITUACIONES Y PERSONAS QUE QUIERAN ESCLAVIZARME.
HE DE SER LIBRE ANTE LA FORMA Y EL MODO EN QUE TENGA QUE VIVIR SIN PODERLO REMEDIAR PORQUE EN ESO TAMBIEN SE VIVE LA VOLUNTAD DE DIOS, CUANDO ACEPTO CIRCUNSTANCIAS DE VIDA.
LIBRE ANTE EL DINERO Y LA FORMA DE ADQUIRIRLO, DE TAL MANERA QUE NI EL DESEO DE RIQUEZA NI LA POBREZA ME QUITEN LA LIBERTAD PARA SEGUIR Y SERVIR A JESUCRISTO.
LIBRE ANTE EL AMOR Y PARA AMAR. DE TAL MANERA QUE NO ME ESCLAVICE EL DESEO DE GANARME LA APROBACION DE LOS DEMÁS NI SU RECONOCIMIENTO.
LIBRE ANTE LA VIDA Y SER FELIZ, Y AGRADECER TODO LO QUE RECIBIMOS CON AMOR.
SAN IGNACIO DE LOYOLA
LA MAYOR GLORIA DE DIOS CONSISTE EN EL PROGRESO Y EL DESARROLLO INTEGRAL DEL HOMBRE Y LA VIDA DEL HOMBRE EN SU UNION CON CRISTO.( SAN IRENEO)
lunes, 26 de septiembre de 2011
viernes, 16 de septiembre de 2011
APOARTACIÓN DE ELISA ZEEVAERT AL CAP. 16
"EL CRISTIANO NO HACE EL DIÁLOGO, ES EL DIÁLOGO EL QUE HACE AL CRISTIANO". (Paulo VI)
EL CAMINO DE LA CURACION INTERIOR
Quisiera empezar recordando a Juan el Bautista, este profeta que inicia su predicación rompiendo con el sistema de los ritos de purificación y perdón que se tenían en el pueblo judío- Sabe que su misión es preparar el camino a Dios, su objetivo era buscar la conversión radical del pueblo de Israel, llamaba al arrepentimiento y al compromiso con un cambio radical.
Cuando Jesús llega, les anuncia la Buena Noticia, de que Dios le ha dado el Don de la Salvación, en ningún momento es un moralista, no habla de castigos ,sólo de la vida y del Amor de Dios por todos nosotros, su opción fundamental, la hace por los pobres, los rechazados, los enfermos, y hasta agrega en su mensaje, que El no ha venido por los sanos, sino por los pecadores, enfermos, necesitados de Dios.
Sin embargo, el sacramento de la confesión lleva en sus raíces, el enfoque de miedo y temor ante la Ira de Dios. La conciencia de sentirse alejado del Amor de Dios, es lo que en un momento, debiera llevarnos a cambiar, a la búsqueda de esa paz y armonía interior.
La persona humana tiene un proceso de crecimiento y desarrollo, dentro de la trayectoria de su vida, toma decisiones, unas buenas , otras no tan positivas, pero todas ellas forman parte de su aprendizaje, y muchas veces, solamente cuando caemos en lo más abajo, cuando el hijo pródigo se da cuenta, de lo que había perdido, empezando por la lejanía de su padre y hermano, decidió regresar a casa…..en palabras, actuales le llaman “ tocar fondo”, cuando alguien se enfrenta a su realidad, cuando abre la mente y el corazón, y reconoce el mal que ha estado haciéndose así mismo, y a todas las personas que ama…Este momento, es lo le llamamos contrición, es reconocer la pérdida y sentir el dolor en el alma.
Reconocer nuestra naturaleza humana, débil y frágil, sujeta a todos los vaivenes de la vida, pero a su vez reconocer que Dios nunca nos abandona, y que en aquellos momentos sombríos, El está presente, fortaleciéndonos y enseñándonos el camino de salida.
Sin embargo, muchas veces, nos cuesta trabajo reconocer Su Voluntad y romper las capas de orgullo y soberbia, que no nos dejan ver, y sentir Esa Mano Amorosa de nuestro Creador.
Hoy día, se habla de que se está perdiendo la “conciencia de pecado” porque los creyentes católicos ya no asisten a confesarse, seguramente serán las mismas razones por las que ya no asisten a misa, porque la forma establecida, ya no llena el anhelo de sentir ese auténtico deseo de un cambio existencial.
Hay grupos de crecimiento, que trabajan con el deseo de apoyarse en la búsqueda de una forma más sana de relacionarse, donde se trabajan sobre las limitaciones y su utilizan herramientas, experiencias y principios, para que cada uno en forma personal y con ayuda de Dios encuentre una vida más plena. No hay juicios ni consejos, sólo el deseo de vivir la vida con Armonía Interior.
Jesús sanaba desde la profundidad del ser humano, cuando éste reconocía su condición de impotencia y la necesidad de ser salvado por El, como nos dice el Padre Lenaers:”
PROCESO INTERIOR OPERADO POR DIOS EN LA RENOVACION DEL SER HUMANO”.
¡¿Cuántas veces tenemos que caer? para darnos cuenta, que solo El es el Camino la Verdad y la Vida.¡ Muchas, porque cada vez, que tengo que levantarme, me doy cuenta, que mi carga es más ligera, hasta que llegue a El sin nada más que mi corazón lleno de amor, y mis manos vacías abiertas, para recibir Todo de El.
EL CAMINO DE LA CURACION INTERIOR
Quisiera empezar recordando a Juan el Bautista, este profeta que inicia su predicación rompiendo con el sistema de los ritos de purificación y perdón que se tenían en el pueblo judío- Sabe que su misión es preparar el camino a Dios, su objetivo era buscar la conversión radical del pueblo de Israel, llamaba al arrepentimiento y al compromiso con un cambio radical.
Cuando Jesús llega, les anuncia la Buena Noticia, de que Dios le ha dado el Don de la Salvación, en ningún momento es un moralista, no habla de castigos ,sólo de la vida y del Amor de Dios por todos nosotros, su opción fundamental, la hace por los pobres, los rechazados, los enfermos, y hasta agrega en su mensaje, que El no ha venido por los sanos, sino por los pecadores, enfermos, necesitados de Dios.
Sin embargo, el sacramento de la confesión lleva en sus raíces, el enfoque de miedo y temor ante la Ira de Dios. La conciencia de sentirse alejado del Amor de Dios, es lo que en un momento, debiera llevarnos a cambiar, a la búsqueda de esa paz y armonía interior.
La persona humana tiene un proceso de crecimiento y desarrollo, dentro de la trayectoria de su vida, toma decisiones, unas buenas , otras no tan positivas, pero todas ellas forman parte de su aprendizaje, y muchas veces, solamente cuando caemos en lo más abajo, cuando el hijo pródigo se da cuenta, de lo que había perdido, empezando por la lejanía de su padre y hermano, decidió regresar a casa…..en palabras, actuales le llaman “ tocar fondo”, cuando alguien se enfrenta a su realidad, cuando abre la mente y el corazón, y reconoce el mal que ha estado haciéndose así mismo, y a todas las personas que ama…Este momento, es lo le llamamos contrición, es reconocer la pérdida y sentir el dolor en el alma.
Reconocer nuestra naturaleza humana, débil y frágil, sujeta a todos los vaivenes de la vida, pero a su vez reconocer que Dios nunca nos abandona, y que en aquellos momentos sombríos, El está presente, fortaleciéndonos y enseñándonos el camino de salida.
Sin embargo, muchas veces, nos cuesta trabajo reconocer Su Voluntad y romper las capas de orgullo y soberbia, que no nos dejan ver, y sentir Esa Mano Amorosa de nuestro Creador.
Hoy día, se habla de que se está perdiendo la “conciencia de pecado” porque los creyentes católicos ya no asisten a confesarse, seguramente serán las mismas razones por las que ya no asisten a misa, porque la forma establecida, ya no llena el anhelo de sentir ese auténtico deseo de un cambio existencial.
Hay grupos de crecimiento, que trabajan con el deseo de apoyarse en la búsqueda de una forma más sana de relacionarse, donde se trabajan sobre las limitaciones y su utilizan herramientas, experiencias y principios, para que cada uno en forma personal y con ayuda de Dios encuentre una vida más plena. No hay juicios ni consejos, sólo el deseo de vivir la vida con Armonía Interior.
Jesús sanaba desde la profundidad del ser humano, cuando éste reconocía su condición de impotencia y la necesidad de ser salvado por El, como nos dice el Padre Lenaers:”
PROCESO INTERIOR OPERADO POR DIOS EN LA RENOVACION DEL SER HUMANO”.
¡¿Cuántas veces tenemos que caer? para darnos cuenta, que solo El es el Camino la Verdad y la Vida.¡ Muchas, porque cada vez, que tengo que levantarme, me doy cuenta, que mi carga es más ligera, hasta que llegue a El sin nada más que mi corazón lleno de amor, y mis manos vacías abiertas, para recibir Todo de El.
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